A Jorge Alberto Lara Rivera.
Los ciudadanos estamos convocados, otra vez, a defender nuestra democracia, los derechos humanos y la división de poderes. A hacer respetar la Constitución Política, ante la pretensión obradorista de darse más legisladores de los que el electorado les dio. Ésta viola la Constitución, al concentrar el poder en una corporación. Nos conduce a una dictadura. Analicemos el texto constitucional.
1°. El Artículo 49 dispone que el poder político de la Federación se divide para su ejercicio en legislativo, ejecutivo y judicial. En su segundo párrafo establece: “No podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación…”. La pretensión de Morena es reunir en una sola corporación -su partido o coalición-, los poderes legislativo y ejecutivo. Corporación es organización, asociación. “No se puede sino concluir que el artículo prohíbe la sobrerrepresentación de los partidos políticos (o coalición), que son corporaciones, es decir, organizaciones de base personal asociativa, creadas para el cumplimiento de una finalidad de interés común para sus asociados; que es, además, de interés público, dice el ordinal 41, fracción I de la propia Ley Fundamental”. Expone el jurista Hugo Arriaga Becerra, en “Inconstitucionalidad de la pretensión de Morena de obtener una sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión” (www.institutomexicanodelamaparo.org).
2°. El Artículo 54 alude a los diputados de representación proporcional. Señala parámetros: “La elección de los 200 diputados según el principio de representación proporcional y el sistema de asignación por listas regionales, se sujetará a las siguientes bases y a lo que disponga la ley: “I. Un partido político, para obtener el registro de sus listas regionales, deberá acreditar que participa con candidatos a diputados por mayoría relativa en por lo menos 200 distritos uninominales (Morena, Verde y PT no acreditaron ir con candidatos propios en ese número mínimo de distritos. ¡Solo en coalición! No tienen derecho a plurinominales las coaliciones, porque son una unidad).
“IV. Ningún partido político podrá contar con más de 300 diputados por ambos principios (hasta 60%)”. “V. En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida. Esta base no se aplicará al partido político que, por sus triunfos en distritos uninominales, obtenga un porcentaje de curules del total de la Cámara, superior a la suma del porcentaje de su votación nacional emitida más el ocho por ciento”, y “VI. En los términos de lo establecido… las diputaciones de representación proporcional que resten después de asignar las que correspondan al partido político que se halle en los supuestos de las fracciones IV o V, se adjudicarán a los demás partidos políticos con derecho a ello en cada una de las circunscripciones plurinominales, en proporción directa con las respectivas votaciones nacionales efectivas…”. Esta disposición no puede interpretarse en sentido opuesto al Artículo 49.
La Constitución protege también derechos de las minorías representadas en el poder legislativo. Que el 33% puedan interponer acciones de inconstitucionalidad contra leyes aprobadas en dicho poder, lo buscan desaparecer. Que “el poder contenga al poder” es fundamental. De lo contrario, se entregan o acumulan dos poderes en una corporación, partido o coalición de partidos evidente. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolverá, bajo las bases expuestas. Esperemos proteja la separación de poderes. El “Patriotismo constitucional” del que hablan los europeos, promueve derechos humanos y separación de poderes, para evitar tiranías.
El Tribunal confirmó, el 16 de julio, la injerencia indebida de AMLO y otros funcionarios en el proceso electoral, vulnerando imparcialidad, el uso indebido de recursos públicos. Delitos electorales ya fueron denunciados. La Fepade debe investigar y judicializar.
El Frente Cívico Nacional y otras asociaciones convocan a manifestarnos. ¡Defendamos nuestra democracia! O terminamos como Venezuela, Bolivia o Nicaragua.