/ viernes 17 de septiembre de 2021

Antena | ¿De la sequía a la saturación?

Después de dos décadas de “sequía” en el otorgamiento de concesiones en la radiodifusión, y con el devenir de la reforma en el sector entre 2013-2014, si bien por disposición legal anualmente tiene que existir un programa de frecuencias, esa “sed” y presión por mayor competencia que existía, pareciera que ha llegado a un punto de reflexión objetiva, sobre el mercado y ver -a pesar de las solicitudes existentes- que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), como administrador del espectro, evalúe mejor sus licitaciones.

En este momento, la Licitación de estaciones radiodifusión sonora IFT-8, está en la primera etapa (“manifestación de interés”) hubo 155 interesados por 319 estaciones de radio, 234 en la banda FM y 85 en la banda de AM; los interesados son 70 personas físicas, 75 personas morales y 10 consorcios que en la siguiente etapa deberán presentar información más detallada.

A juicio del IFT el número de interesados “representan una evidencia clara del amplio interés existente por la prestación de servicios de radiodifusión sonora comercial en el país”.

Lo cierto es que hay diversos factores que hacen poco atractiva esta licitación: la situación económica y de inseguridad del país que aleja la inversión; la posibilidad de que nuevamente participen agentes económicos que quieran elevar el valor de las estaciones para al final no pagar y la falta de análisis sobre la pertinencia de aumentar el número de operadores de radio pese a un muy competido mercado de publicidad.

Sólo para contrastar, en esta nueva licitación hay 155 interesados frente a 421 que hubo en la Licitación de 2016, de los cuales sólo 237 presentaron documentación y de estos últimos, sólo a 167 se les entregó constancia para participar en la subasta, quedando fuera 254 interesados; si existe un comportamiento similar a la licitación de 2016 podrían participar en la subasta de este año alrededor de entre 60 y 70 interesados y es claro que no todos serán ganadores.

No quiere decir que todos los interesados puedan y deseen participar por las 319 estaciones a subastar, se trata de participaciones focalizadas, es decir, un empresario de Yucatán difícilmente estará interesado en alguna localidad de Baja California o habrá interés en ciertas frecuencias ubicadas en playas, ciudades turísticas y plazas medianas que pueden ofrecer mayor rentabilidad.

Finalmente, existe una regla dentro de las Bases de esta Licitación que podría enfrentar críticas, es el llamado switching, que permitirá a los postores durante la subasta realizar un intercambio entre frecuencias pudiendo ofertar por cualquier lote de AM o FM y podrán retirarse de una frecuencia en que tengan la oferta valida más alta y cambiarse a otra de su interés, esta regla podría generar cierta ventaja respecto de participantes con un mayor poder económico o bien inflar el valor de las estaciones, ésta y otras dudas se podrán disipar o ampliar ahora que el IFT de respuesta a las preguntas que formularon los participantes en la licitación.

Es buena la competencia, pero no se puede estar licitando como “El Borras”.

Después de dos décadas de “sequía” en el otorgamiento de concesiones en la radiodifusión, y con el devenir de la reforma en el sector entre 2013-2014, si bien por disposición legal anualmente tiene que existir un programa de frecuencias, esa “sed” y presión por mayor competencia que existía, pareciera que ha llegado a un punto de reflexión objetiva, sobre el mercado y ver -a pesar de las solicitudes existentes- que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), como administrador del espectro, evalúe mejor sus licitaciones.

En este momento, la Licitación de estaciones radiodifusión sonora IFT-8, está en la primera etapa (“manifestación de interés”) hubo 155 interesados por 319 estaciones de radio, 234 en la banda FM y 85 en la banda de AM; los interesados son 70 personas físicas, 75 personas morales y 10 consorcios que en la siguiente etapa deberán presentar información más detallada.

A juicio del IFT el número de interesados “representan una evidencia clara del amplio interés existente por la prestación de servicios de radiodifusión sonora comercial en el país”.

Lo cierto es que hay diversos factores que hacen poco atractiva esta licitación: la situación económica y de inseguridad del país que aleja la inversión; la posibilidad de que nuevamente participen agentes económicos que quieran elevar el valor de las estaciones para al final no pagar y la falta de análisis sobre la pertinencia de aumentar el número de operadores de radio pese a un muy competido mercado de publicidad.

Sólo para contrastar, en esta nueva licitación hay 155 interesados frente a 421 que hubo en la Licitación de 2016, de los cuales sólo 237 presentaron documentación y de estos últimos, sólo a 167 se les entregó constancia para participar en la subasta, quedando fuera 254 interesados; si existe un comportamiento similar a la licitación de 2016 podrían participar en la subasta de este año alrededor de entre 60 y 70 interesados y es claro que no todos serán ganadores.

No quiere decir que todos los interesados puedan y deseen participar por las 319 estaciones a subastar, se trata de participaciones focalizadas, es decir, un empresario de Yucatán difícilmente estará interesado en alguna localidad de Baja California o habrá interés en ciertas frecuencias ubicadas en playas, ciudades turísticas y plazas medianas que pueden ofrecer mayor rentabilidad.

Finalmente, existe una regla dentro de las Bases de esta Licitación que podría enfrentar críticas, es el llamado switching, que permitirá a los postores durante la subasta realizar un intercambio entre frecuencias pudiendo ofertar por cualquier lote de AM o FM y podrán retirarse de una frecuencia en que tengan la oferta valida más alta y cambiarse a otra de su interés, esta regla podría generar cierta ventaja respecto de participantes con un mayor poder económico o bien inflar el valor de las estaciones, ésta y otras dudas se podrán disipar o ampliar ahora que el IFT de respuesta a las preguntas que formularon los participantes en la licitación.

Es buena la competencia, pero no se puede estar licitando como “El Borras”.