/ viernes 8 de julio de 2022

Antes escribían corridos sobre cruzar la frontera, hoy aconsejan: ¨piénsalo bien, no te arriesgues¨.

De antemano, pido una disculpa –- es difícil escribir sobre los horrores que pasan los migrantes procurando entrar como indocumentados a Estados Unidos. Los peligros de migrar han cambiado drásticamente en las últimas décadas. De los corridos que escuchábamos a finales de los años setenta, sobre todo de Los Tigres del Norte, como La tumba del mojado o La Jaula de oro, sólo queda una imagen heroica y aventurera de los migrantes. Sabemos por las historias de nuestros abuelos, padres y tíos, que en otros tiempos llegar al “otro lado” era cuestión de agallas, unos cien o doscientos dólares y un poco de suerte. Hoy en día, irse de indocumentado a los Estados Unidos es seguramente arriesgar la vida.

El camión que trasladaba la semana pasada a 67 indocumentados por una carretera de San Antonio, Texas, y en el que murieron 53 personas, fue abandonado por el conductor, sin importarle dejar a esas personas en medio de lo que los habitantes de la región conocen como la Zona Roja por ser ruta constante para el tráfico de migrantes. Por testimonios de algunos sobrevivientes, se sabe que los “coyotes” les quitaron sus celulares y los rociaron con especias para que los perros no los detectaran en los retenes. El desenlace es mundialmente conocido. En una entrevista a El País, Leonardo Rocamontes, dueño de un taller ubicado en la zona donde encontraron el camión, describió: “Cuando llegué, hace cincuenta años, todo esto era tranquilo. Pero en los últimos años, aquí han pasado cosas muy malas. Mi nieto encontró hace meses el cadáver de un migrante que nunca fue reconocido”.

Los camiones abandonados son apenas una parte de esta película de horror en la que los migrantes son los protagonistas. Otra de las rutas más usadas para cruzar a Estados Unidos es el Río Bravo. La Patrulla Fronteriza en Eagle Pass, al sur de Texas, reporta constantemente hallazgos escalofriantes: El mes pasado rescataron el cuerpo de una niña de cinco años, después de que una valsa que llevaba diez migrantes se volcó. Se sabe que los “polleros” y “coyotes” obligan a los migrantes a tomar esta ruta por ser más rápida y menos complicada para solicitar asilo. Lo que no les dicen es que estas aguas son peligrosas e impredecibles, además de ser el hogar de cientos de cocodrilos. En lo que va del 2022, han encontrado al menos 90 cadáveres, indicó el jefe de la Patrulla Fronteriza de Eagle Pass, Jason Owens.

Si la opción es cruzar por el desierto de Arizona, el desenlace puede ser igual de trágico. Tan sólo en Tucson, durante las dos últimas décadas se han encontrado los restos de casi 4 mil migrantes, según cifras de la Oficina de Medicina Forense del Condado de Pima. Los “coyotes” suelen prometer caminatas de máximo tres días, sin embargo, llegan a ser de quince días o más. “Los que logran llegar a la frontera, ya están en estado de desnutrición cuando cruzan. Sus cuerpos simplemente se apagan cuando suben la montaña, y encontrar restos de migrantes de todas las edades es cada vez más común”, dijo a Telemundo un agente de la Patrulla Fronteriza.

Las muertes de migrantes indocumentados aumentan día a día. Algunos analistas explican que, por un lado, la reactivación económica en Estados Unidos es un gran imán, y, por otro lado, las políticas de control fronterizo se han endurecido, empujando a los migrantes a rutas cada vez más remotas e inhóspitas. En cuanto al tráfico de indocumentados, se trata de un negocio ilícito que genera 6 mil 750 millones de dólares anuales, según las Naciones Unidas.

Ante este panorama, la gran pregunta es: ¿Qué hacer? En la pasada Cumbre de las Américas realizada en los Estados Unidos, se firmó la “Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección", con la cual se busca frenar la migración indocumentada al generar más oportunidades de desarrollo en los países expulsores. Queda claro: tenemos que crear alternativas para que nadie se sienta obligado a arriesgar la vida migrando. Mientras los gobiernos federales toman acción, en Guanajuato procuramos mejorar las condiciones de las familias creando programas como “Contigo Sí”, en que todas las instancias de gobierno tienen la instrucción del Gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de sumarse a atacar la pobreza. En adición, en la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional del estado de Guanajuato, nos acompañamos de la dirección y el consejo de instituciones internacionales como OIM y ACNUR de las Naciones Unidas.

A pesar del horror del que fuimos testigos con el camión abandonado en San Antonio, justo en este momento, muchos migrantes esperan una llamada para intentar cruzar la frontera, sea cual sea la ruta elegida. En el mejor de los casos, lograrán estar del “otro lado” y tendrán que luchar contra otros infortunios de la vida de “ilegal”. En el peor de los escenarios, tal vez sus nombres serán puestos en las tumbas que nos describen los corridos de Los Tigres del Norte. O más triste aún para las familias, es que sus seres queridos migrantes no sean encontrados o identificados. Hoy, nueve de los fallecidos en el camión de San Antonio siguen sin identificarse. El mensaje de La Cumbre: ¨las naciones deben apoyar a crear oportunidades en países expulsores¨. El mensaje del escritor de corridos: ¨Migrante, piénsalo bien. ¡No te arriesgues! ¨

De antemano, pido una disculpa –- es difícil escribir sobre los horrores que pasan los migrantes procurando entrar como indocumentados a Estados Unidos. Los peligros de migrar han cambiado drásticamente en las últimas décadas. De los corridos que escuchábamos a finales de los años setenta, sobre todo de Los Tigres del Norte, como La tumba del mojado o La Jaula de oro, sólo queda una imagen heroica y aventurera de los migrantes. Sabemos por las historias de nuestros abuelos, padres y tíos, que en otros tiempos llegar al “otro lado” era cuestión de agallas, unos cien o doscientos dólares y un poco de suerte. Hoy en día, irse de indocumentado a los Estados Unidos es seguramente arriesgar la vida.

El camión que trasladaba la semana pasada a 67 indocumentados por una carretera de San Antonio, Texas, y en el que murieron 53 personas, fue abandonado por el conductor, sin importarle dejar a esas personas en medio de lo que los habitantes de la región conocen como la Zona Roja por ser ruta constante para el tráfico de migrantes. Por testimonios de algunos sobrevivientes, se sabe que los “coyotes” les quitaron sus celulares y los rociaron con especias para que los perros no los detectaran en los retenes. El desenlace es mundialmente conocido. En una entrevista a El País, Leonardo Rocamontes, dueño de un taller ubicado en la zona donde encontraron el camión, describió: “Cuando llegué, hace cincuenta años, todo esto era tranquilo. Pero en los últimos años, aquí han pasado cosas muy malas. Mi nieto encontró hace meses el cadáver de un migrante que nunca fue reconocido”.

Los camiones abandonados son apenas una parte de esta película de horror en la que los migrantes son los protagonistas. Otra de las rutas más usadas para cruzar a Estados Unidos es el Río Bravo. La Patrulla Fronteriza en Eagle Pass, al sur de Texas, reporta constantemente hallazgos escalofriantes: El mes pasado rescataron el cuerpo de una niña de cinco años, después de que una valsa que llevaba diez migrantes se volcó. Se sabe que los “polleros” y “coyotes” obligan a los migrantes a tomar esta ruta por ser más rápida y menos complicada para solicitar asilo. Lo que no les dicen es que estas aguas son peligrosas e impredecibles, además de ser el hogar de cientos de cocodrilos. En lo que va del 2022, han encontrado al menos 90 cadáveres, indicó el jefe de la Patrulla Fronteriza de Eagle Pass, Jason Owens.

Si la opción es cruzar por el desierto de Arizona, el desenlace puede ser igual de trágico. Tan sólo en Tucson, durante las dos últimas décadas se han encontrado los restos de casi 4 mil migrantes, según cifras de la Oficina de Medicina Forense del Condado de Pima. Los “coyotes” suelen prometer caminatas de máximo tres días, sin embargo, llegan a ser de quince días o más. “Los que logran llegar a la frontera, ya están en estado de desnutrición cuando cruzan. Sus cuerpos simplemente se apagan cuando suben la montaña, y encontrar restos de migrantes de todas las edades es cada vez más común”, dijo a Telemundo un agente de la Patrulla Fronteriza.

Las muertes de migrantes indocumentados aumentan día a día. Algunos analistas explican que, por un lado, la reactivación económica en Estados Unidos es un gran imán, y, por otro lado, las políticas de control fronterizo se han endurecido, empujando a los migrantes a rutas cada vez más remotas e inhóspitas. En cuanto al tráfico de indocumentados, se trata de un negocio ilícito que genera 6 mil 750 millones de dólares anuales, según las Naciones Unidas.

Ante este panorama, la gran pregunta es: ¿Qué hacer? En la pasada Cumbre de las Américas realizada en los Estados Unidos, se firmó la “Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección", con la cual se busca frenar la migración indocumentada al generar más oportunidades de desarrollo en los países expulsores. Queda claro: tenemos que crear alternativas para que nadie se sienta obligado a arriesgar la vida migrando. Mientras los gobiernos federales toman acción, en Guanajuato procuramos mejorar las condiciones de las familias creando programas como “Contigo Sí”, en que todas las instancias de gobierno tienen la instrucción del Gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de sumarse a atacar la pobreza. En adición, en la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional del estado de Guanajuato, nos acompañamos de la dirección y el consejo de instituciones internacionales como OIM y ACNUR de las Naciones Unidas.

A pesar del horror del que fuimos testigos con el camión abandonado en San Antonio, justo en este momento, muchos migrantes esperan una llamada para intentar cruzar la frontera, sea cual sea la ruta elegida. En el mejor de los casos, lograrán estar del “otro lado” y tendrán que luchar contra otros infortunios de la vida de “ilegal”. En el peor de los escenarios, tal vez sus nombres serán puestos en las tumbas que nos describen los corridos de Los Tigres del Norte. O más triste aún para las familias, es que sus seres queridos migrantes no sean encontrados o identificados. Hoy, nueve de los fallecidos en el camión de San Antonio siguen sin identificarse. El mensaje de La Cumbre: ¨las naciones deben apoyar a crear oportunidades en países expulsores¨. El mensaje del escritor de corridos: ¨Migrante, piénsalo bien. ¡No te arriesgues! ¨