/ martes 19 de febrero de 2019

Congelados

Confirma el alcalde Héctor López Santillana que el clima de incertidumbre nacional e internacional mantiene congelados 120 proyectos de inversión, la mayoría relacionados con la industria automotriz.

Dos acuerdos comerciales, el que se renegoció con Canadá y los Estados Unidos y el otro con la cuenca del Pacífico, hacen dudar a inversionistas japoneses que habían manifestado su interés de instalarse en León.

Don Héctor menciona igual el clima de incertidumbre que genera el cambio de gobierno federal, señala muy concretamente a dos secretarías la de Economía y la del Trabajo que no dan color o mandan señales equívocas a los inversionistas.

En el caso de la secretaría del Trabajo todavía no se concreta su traslado a León, esta intensión no se ha cancelado, pero nadie sabe cuándo ni cómo, en tanto que los programas relacionados con la asistencia social todavía no aterrizan ni se precisa en que forma afectarán a las empresas.

Extorsiones

En León la iglesia católica está peor que en la Ciudad Capital, donde por temor a la delincuencia los templos permanecen cerrados y sólo los abren para celebraciones eucarísticas programadas. Acá además los malandros extorsionan a los sacerdotes.

Desde la guerra cristera no se llegaba al extremo de cerrar los templos. Otra vez es el clero el que decide suspender parcialmente los servicios religiosos, esta vez por miedo de los sacerdotes y de la feligresía. Dice el obispo de León Alfonso Cortés Contreras, que ya se perdió el sentido de lo sagrado.

Si algo irrita o hace enojar a los sacerdotes es que les roben las limosnas, pero no sólo eso, los delincuentes se llevan imágenes, tallas y objetos de culto, lo peor empero es la extorsión de que hacen víctimas a los curas.

En Irapuato es el mismo problema, el obispo Enrique Díaz ordenó cancelar las misas de las ocho de la noche, de plano no quiere exponer a los fieles ni a los sacerdotes y no quiere llegar al punto de tener que contar con vigilancia policiaca en la liturgia.

Purificación

El presidente López Obrador convoca a “purificar” los organismos autónomos, que anticipa son una farsa al servicio de particulares. Habla de los organizadores de elecciones, los observadores ciudadanos, vigilantes de las funciones públicas.

Se trata de un nuevo frente en el que plantea la misma receta presidencial, esto es la denuncia estridente a ventilar en los tribunales de la opinión pública, pero sin consecuencias legales para nadie. No es lo mismo llamar ladrón a alguien en la televisión que en la Agencia del Ministerio Público.

Quizá por ello las convocatorias presidenciales a la nueva moral de la cuarta transformación no replican en los gobiernos estatales ni en los municipales. Habría muchos ejemplos de que la línea presidencial se queda sólo en el discurso, un ejemplo sería la desaparición del DIF, sólo en el ámbito nacional porque en el resto del país goza de presupuesto y de cabal salud.

El problema mayor es la incongruencia, en el cambio de las Procuradurías de Justicia a Fiscalías generales, se enfatizó su carácter de autonomía. De manera que aún en pañales ya se exhorta a la sociedad a purificarlas, a desconfiar de las instituciones, un discurso presidencial que sólo recibe el aplauso y después la indiferencia.

Confirma el alcalde Héctor López Santillana que el clima de incertidumbre nacional e internacional mantiene congelados 120 proyectos de inversión, la mayoría relacionados con la industria automotriz.

Dos acuerdos comerciales, el que se renegoció con Canadá y los Estados Unidos y el otro con la cuenca del Pacífico, hacen dudar a inversionistas japoneses que habían manifestado su interés de instalarse en León.

Don Héctor menciona igual el clima de incertidumbre que genera el cambio de gobierno federal, señala muy concretamente a dos secretarías la de Economía y la del Trabajo que no dan color o mandan señales equívocas a los inversionistas.

En el caso de la secretaría del Trabajo todavía no se concreta su traslado a León, esta intensión no se ha cancelado, pero nadie sabe cuándo ni cómo, en tanto que los programas relacionados con la asistencia social todavía no aterrizan ni se precisa en que forma afectarán a las empresas.

Extorsiones

En León la iglesia católica está peor que en la Ciudad Capital, donde por temor a la delincuencia los templos permanecen cerrados y sólo los abren para celebraciones eucarísticas programadas. Acá además los malandros extorsionan a los sacerdotes.

Desde la guerra cristera no se llegaba al extremo de cerrar los templos. Otra vez es el clero el que decide suspender parcialmente los servicios religiosos, esta vez por miedo de los sacerdotes y de la feligresía. Dice el obispo de León Alfonso Cortés Contreras, que ya se perdió el sentido de lo sagrado.

Si algo irrita o hace enojar a los sacerdotes es que les roben las limosnas, pero no sólo eso, los delincuentes se llevan imágenes, tallas y objetos de culto, lo peor empero es la extorsión de que hacen víctimas a los curas.

En Irapuato es el mismo problema, el obispo Enrique Díaz ordenó cancelar las misas de las ocho de la noche, de plano no quiere exponer a los fieles ni a los sacerdotes y no quiere llegar al punto de tener que contar con vigilancia policiaca en la liturgia.

Purificación

El presidente López Obrador convoca a “purificar” los organismos autónomos, que anticipa son una farsa al servicio de particulares. Habla de los organizadores de elecciones, los observadores ciudadanos, vigilantes de las funciones públicas.

Se trata de un nuevo frente en el que plantea la misma receta presidencial, esto es la denuncia estridente a ventilar en los tribunales de la opinión pública, pero sin consecuencias legales para nadie. No es lo mismo llamar ladrón a alguien en la televisión que en la Agencia del Ministerio Público.

Quizá por ello las convocatorias presidenciales a la nueva moral de la cuarta transformación no replican en los gobiernos estatales ni en los municipales. Habría muchos ejemplos de que la línea presidencial se queda sólo en el discurso, un ejemplo sería la desaparición del DIF, sólo en el ámbito nacional porque en el resto del país goza de presupuesto y de cabal salud.

El problema mayor es la incongruencia, en el cambio de las Procuradurías de Justicia a Fiscalías generales, se enfatizó su carácter de autonomía. De manera que aún en pañales ya se exhorta a la sociedad a purificarlas, a desconfiar de las instituciones, un discurso presidencial que sólo recibe el aplauso y después la indiferencia.

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