/ domingo 18 de julio de 2021

Existe una forma de ayudar a las cooperativas

Las personas que se organizan en una cooperativa luchan por el buen vivir

Tec. José Guadalupe Armenta Martínez

Cuando se llega a una comunidad con un alto grado de marginación y se observa la pobreza, las organizaciones de la Sociedad Civil, Religiosas, Políticas y del Sector Social de la Economía empiezan a soñar.

El sueño se funda en sus conocimientos y experiencias, además claro esta, en los recursos económicos que han recibido para tal fin, esto con el objetivo de reducir la pobreza, eliminar el hambre y el motivar a quienes habitan tal comunidad a tomar el destino en sus manos.

Primer recomendación, desde un punto de vista personal. Lo primero que se debe hacer es pedir permiso a las personas para integrarse a la comunidad, que a través de contarles quien es esa persona que tiene la intención de desarrollar un proyecto productivo que les ayude a un buen vivir, cómo se llama, a qué se dedica, cómo es su familia, que experiencias tiene, que aspecto de su persona es la que pretender tomar como ejemplo para los demás.

Una vez que la comunidad ha aceptado a la persona que pretende ayudarles, se tiene que reunir con los interesados para escucharles, este es el secreto para un proyecto exitoso y con impacto social. Recientemente hemos conocido la vida y obra del compañero Argentino Domingo Benso llamado cariñosamente “Mingo”, nacido en la provincia Devoto es una localidad del departamento San Justo, Córdoba, Argentina.

Domingo Benso recomienda que se debe trabajar con los líderes de las comunidades, el párroco, el dueño de la fábrica, los “maistros” albañiles contratistas, del grupo político, de los que se dedican a la recuperación de la basura, etc.

Él platica que le gustaba asistir a las reuniones de la comunidad, un velorio, una fiesta, una asamblea de trabajadores, hasta una reunión de café esto con el objeto de escuchar las cosas que les preocupa, en entender sus necesidades para la creación de sueños, utopías, objetivos, metas, esperanzas.

Una vez escuchando a estos grandes líderes es que diseñaba propuestas que cubrieran esas necesidades, lo que se le puede llamar como identificar interés y necesidad, dos aspectos fundamentales para la aceptación de un producto o servicio.

El siguiente paso, era buscar la tecnología más actual que produzca el producto, los recursos económicos para el proyecto, las personas especializadas para el trabajo, el canal de distribución y, lo más importante, el saber quién lo va a comprar.

Una vez que se ha logrado identificar todo lo necesario para el proyecto, es el momento de poner manos a la obra, se recomienda que sea con la aportación de las personas que integrarán a la cooperativa con su aportación de capital social, quienes no tengan dinero, que aporten su trabajo, quienes tengan relación con personas que ayuden al proceso, que hagan alianzas.

Debemos promover relaciones de solidaridad y ayuda mutua, no alimentar el individualismo ni la ambición desmedida de ganar a costa de lo que sea. Se debe respetar a la persona, sus ideas, sus sentimientos, de tal manera que podamos generar un movimiento de consumo responsable y solidario.

El buen vivir significa el ser felices y vivir en armonía conmigo mismo, con la familia, con la comunidad, se un ciudadano ejemplar que respeta al medio ambiente y ayuda a su prójimo.


* Presidente del Consejo Superior del Cooperativismo

E-correo: cosucoop_presi@infinitummail.com


Las personas que se organizan en una cooperativa luchan por el buen vivir

Tec. José Guadalupe Armenta Martínez

Cuando se llega a una comunidad con un alto grado de marginación y se observa la pobreza, las organizaciones de la Sociedad Civil, Religiosas, Políticas y del Sector Social de la Economía empiezan a soñar.

El sueño se funda en sus conocimientos y experiencias, además claro esta, en los recursos económicos que han recibido para tal fin, esto con el objetivo de reducir la pobreza, eliminar el hambre y el motivar a quienes habitan tal comunidad a tomar el destino en sus manos.

Primer recomendación, desde un punto de vista personal. Lo primero que se debe hacer es pedir permiso a las personas para integrarse a la comunidad, que a través de contarles quien es esa persona que tiene la intención de desarrollar un proyecto productivo que les ayude a un buen vivir, cómo se llama, a qué se dedica, cómo es su familia, que experiencias tiene, que aspecto de su persona es la que pretender tomar como ejemplo para los demás.

Una vez que la comunidad ha aceptado a la persona que pretende ayudarles, se tiene que reunir con los interesados para escucharles, este es el secreto para un proyecto exitoso y con impacto social. Recientemente hemos conocido la vida y obra del compañero Argentino Domingo Benso llamado cariñosamente “Mingo”, nacido en la provincia Devoto es una localidad del departamento San Justo, Córdoba, Argentina.

Domingo Benso recomienda que se debe trabajar con los líderes de las comunidades, el párroco, el dueño de la fábrica, los “maistros” albañiles contratistas, del grupo político, de los que se dedican a la recuperación de la basura, etc.

Él platica que le gustaba asistir a las reuniones de la comunidad, un velorio, una fiesta, una asamblea de trabajadores, hasta una reunión de café esto con el objeto de escuchar las cosas que les preocupa, en entender sus necesidades para la creación de sueños, utopías, objetivos, metas, esperanzas.

Una vez escuchando a estos grandes líderes es que diseñaba propuestas que cubrieran esas necesidades, lo que se le puede llamar como identificar interés y necesidad, dos aspectos fundamentales para la aceptación de un producto o servicio.

El siguiente paso, era buscar la tecnología más actual que produzca el producto, los recursos económicos para el proyecto, las personas especializadas para el trabajo, el canal de distribución y, lo más importante, el saber quién lo va a comprar.

Una vez que se ha logrado identificar todo lo necesario para el proyecto, es el momento de poner manos a la obra, se recomienda que sea con la aportación de las personas que integrarán a la cooperativa con su aportación de capital social, quienes no tengan dinero, que aporten su trabajo, quienes tengan relación con personas que ayuden al proceso, que hagan alianzas.

Debemos promover relaciones de solidaridad y ayuda mutua, no alimentar el individualismo ni la ambición desmedida de ganar a costa de lo que sea. Se debe respetar a la persona, sus ideas, sus sentimientos, de tal manera que podamos generar un movimiento de consumo responsable y solidario.

El buen vivir significa el ser felices y vivir en armonía conmigo mismo, con la familia, con la comunidad, se un ciudadano ejemplar que respeta al medio ambiente y ayuda a su prójimo.


* Presidente del Consejo Superior del Cooperativismo

E-correo: cosucoop_presi@infinitummail.com