/ jueves 18 de noviembre de 2021

Fuera de Agenda | Generales a mitad de sexenio

Los ascensos de este 20 de noviembre confirman que la cúpula militar en esta primera mitad del sexenio, se ha conformado en su mayoría por allegados del general Luis Crescencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

Lo que más llama la atención de los ocho generales de brigada que ascienden al rango de divisionario, es que dos de ellos realizan tareas fuera del ámbito estrictamente militar, en áreas consideradas prioritarias en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El primer caso es el del general René Trujillo Miranda, director del Aeropuerto “Felipe Angeles”, quien adolece de experiencia operativa que la sustituye por labores administrativas que han marcado su trayectoria en la milicia. Estuvo hasta hace pocos años al frente de Banejército, fue jefe de Estado Mayor en la primera región militar en la Ciudad de México, y previamente encabezó la subdirección de adquisiciones. Es un militar premiado por su labor al frente de uno de los caprichos presidenciales cuya viabilidad después del 2024 no está garantizada.

Otro ascenso cuestionado desde que se anunció es el del general Inocente Prado López, actual jefe de la Coordinación Policial de la Guardia Nacional, el número dos en el escalafón de este cuerpo integrado al vapor en lo que va del sexenio.

El general Prado aparece en el organigrama de la Sedena como comandante del Cuerpo de Policía Militar, formado por las 12 brigadas de Policía Militar que se despojaron del uniforme verde olivo para colocarse el gris arena de Guardia Nacional. Su caso ilustra las críticas al doble rasero con el que se maneja la GN, por un lado supuestamente adscrito a la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero que en realidad son parte de la Sedena. Este militar fue el último comandante del Cuerpo de Guardias Presidenciales (CGP) que nutría al desaparecido Estado Mayor Presidencial (EMP).

Un caso opuesto es el del general Armando Montaño Ponce, actual jefe de Estado Mayor de la décima región militar en Mérida, quien junto con el general Enrique Dena Salgado, comandante de la cuarta región militar en Mazatlán, son de los que mejor hoja de servicios tienen entre los ocho que ascienden a divisionarios este año.

El general Montaño tiene maestría en seguridad nacional, es un paracaidista reconocido como instructor y formador de unidades en la Brigada de Fusileros, además de haber encabezado unidades de fuerzas especiales. Su paso por Tepic hace pocos años como comandante de la 13 zona militar, le permitió tomar el pulso a una de las regiones que por su ubicación está considerada estratégica para la seguridad nacional.

El general Francisco Leana Ojeda, quien en agosto pasado tomó el mando de la 21 zona militar en Morelia, es otro de los que recientemente ha estado en áreas “calientes” como la 22 zona en Santa María Rayón, Estado de México, puerta de entrada la conflictiva zona que colinda con Guerrero y Michoacán.

También ascienden a divisionarios el jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional el general Ricardo Trevilla Trejo, el Inspector y Contralor General del Ejército y Fuerza Aérea, el general Pablo Alberto Lechuga Orta y el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea el general Emilio Avendaño García, ex agregado militar en la Embajada de México en Reino Unido.

@velediaz424

Los ascensos de este 20 de noviembre confirman que la cúpula militar en esta primera mitad del sexenio, se ha conformado en su mayoría por allegados del general Luis Crescencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

Lo que más llama la atención de los ocho generales de brigada que ascienden al rango de divisionario, es que dos de ellos realizan tareas fuera del ámbito estrictamente militar, en áreas consideradas prioritarias en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El primer caso es el del general René Trujillo Miranda, director del Aeropuerto “Felipe Angeles”, quien adolece de experiencia operativa que la sustituye por labores administrativas que han marcado su trayectoria en la milicia. Estuvo hasta hace pocos años al frente de Banejército, fue jefe de Estado Mayor en la primera región militar en la Ciudad de México, y previamente encabezó la subdirección de adquisiciones. Es un militar premiado por su labor al frente de uno de los caprichos presidenciales cuya viabilidad después del 2024 no está garantizada.

Otro ascenso cuestionado desde que se anunció es el del general Inocente Prado López, actual jefe de la Coordinación Policial de la Guardia Nacional, el número dos en el escalafón de este cuerpo integrado al vapor en lo que va del sexenio.

El general Prado aparece en el organigrama de la Sedena como comandante del Cuerpo de Policía Militar, formado por las 12 brigadas de Policía Militar que se despojaron del uniforme verde olivo para colocarse el gris arena de Guardia Nacional. Su caso ilustra las críticas al doble rasero con el que se maneja la GN, por un lado supuestamente adscrito a la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero que en realidad son parte de la Sedena. Este militar fue el último comandante del Cuerpo de Guardias Presidenciales (CGP) que nutría al desaparecido Estado Mayor Presidencial (EMP).

Un caso opuesto es el del general Armando Montaño Ponce, actual jefe de Estado Mayor de la décima región militar en Mérida, quien junto con el general Enrique Dena Salgado, comandante de la cuarta región militar en Mazatlán, son de los que mejor hoja de servicios tienen entre los ocho que ascienden a divisionarios este año.

El general Montaño tiene maestría en seguridad nacional, es un paracaidista reconocido como instructor y formador de unidades en la Brigada de Fusileros, además de haber encabezado unidades de fuerzas especiales. Su paso por Tepic hace pocos años como comandante de la 13 zona militar, le permitió tomar el pulso a una de las regiones que por su ubicación está considerada estratégica para la seguridad nacional.

El general Francisco Leana Ojeda, quien en agosto pasado tomó el mando de la 21 zona militar en Morelia, es otro de los que recientemente ha estado en áreas “calientes” como la 22 zona en Santa María Rayón, Estado de México, puerta de entrada la conflictiva zona que colinda con Guerrero y Michoacán.

También ascienden a divisionarios el jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional el general Ricardo Trevilla Trejo, el Inspector y Contralor General del Ejército y Fuerza Aérea, el general Pablo Alberto Lechuga Orta y el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea el general Emilio Avendaño García, ex agregado militar en la Embajada de México en Reino Unido.

@velediaz424