/ jueves 8 de julio de 2021

Fuera de Agenda | Reacomodos militares

El secretario de la Defensa Nacional recibió el visto bueno presidencial hace unos días para realizar cambios en dos de las comandancias de zona y región militar consideradas de las más importantes en el mapa geoestratégico del país. A principios de julio el general Luis Crescencio Sandoval González volvió a lanzar una señal de quién encabezará la promoción superior para ascender al grado máximo del Ejército mexicano, al nombrar al frente de la comandancia de Tercera Región Militar, que abarca los estados de Sinaloa y Durango, al general de brigada Enrique Dena Salgado.

El nombramiento del general Dena sigue la política que ha tenido el titular de la Defensa Nacional al designar generales con rango de brigada en puestos reservados para generales de división con lo que anuncia su ascenso. Detrás de estas medidas Sandoval busca colocar militares que garanticen lealtad absoluta y subordinación a las medidas –aceptadas a regañadientes—que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha ordenado frente a la grave situación de inseguridad que atraviesa el país.

Dena Salgado tomó posesión de la comandancia con sede en Mazatlán la semana pasada después de haber estado mes y medio a cargo de la comandancia de la novena zona militar con sede en Culiacán. En la capital sinaloense relevó a su colega Maximiliano Cruz Ramos, quien ya forma parte de la crónica del narco en México tras aquella emboscada que sorteó al salir del cuartel para atender la emergencia durante los tiroteos registrados en octubre de 2019 durante el “Culiacanazo”.

El nuevo comandante en la capital sinaloense es el general Héctor Ávila Alcocer, un oficial de artillería que fue parte de los fundadores del primer Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército a mediados de los años 90. Como oficial de estado mayor conoció bien la frontera con Guatemala ya que estuvo adscrito a la 38 zona en Tenosique, Tabasco. Su paso por la sección tercera (operaciones) del Estado Mayor de la Defensa Nacional, y por la agregaduría militar de la Embajada de México en Washington, es parte del preámbulo a su arribo a Culiacán donde le tocará el relevo en la gubernatura del estado.

Con el general Dena Salgado el secretario de la Defensa Nacional movió al noroeste del país a uno de los militares de su absoluta confianza. No solo por ser contemporáneos del Colegio Militar, se graduaron con un año de diferencia, sino porque la experiencia operativa la complementa con una sólida preparación académica y en labores de estado mayor. Como oficial de infantería hizo el curso de patrullas de combate en Fort Benning, Georgia y tiempo después estuvo en la agregaduría militar de la Embajada de México en Canadá. Ha estado en diversas partes del país en diversas funciones y como comandante de zona militar la última de ellas antes de Sinaloa en Campeche.

Al sustituir al divisionario Carlos Ramón Carrillo del Villar, quien pasa a retiro, el general Dena Salgado recibe una jurisdicción en calma aparente, no exenta de sacudidas como las que ocurren al sur en Nayarit y Jalisco, y al norte en Sonora y Chihuahua, donde los intereses de los clanes sinaloenses en el trafico de drogas enfrentan agudas disputas.

El secretario de la Defensa Nacional recibió el visto bueno presidencial hace unos días para realizar cambios en dos de las comandancias de zona y región militar consideradas de las más importantes en el mapa geoestratégico del país. A principios de julio el general Luis Crescencio Sandoval González volvió a lanzar una señal de quién encabezará la promoción superior para ascender al grado máximo del Ejército mexicano, al nombrar al frente de la comandancia de Tercera Región Militar, que abarca los estados de Sinaloa y Durango, al general de brigada Enrique Dena Salgado.

El nombramiento del general Dena sigue la política que ha tenido el titular de la Defensa Nacional al designar generales con rango de brigada en puestos reservados para generales de división con lo que anuncia su ascenso. Detrás de estas medidas Sandoval busca colocar militares que garanticen lealtad absoluta y subordinación a las medidas –aceptadas a regañadientes—que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha ordenado frente a la grave situación de inseguridad que atraviesa el país.

Dena Salgado tomó posesión de la comandancia con sede en Mazatlán la semana pasada después de haber estado mes y medio a cargo de la comandancia de la novena zona militar con sede en Culiacán. En la capital sinaloense relevó a su colega Maximiliano Cruz Ramos, quien ya forma parte de la crónica del narco en México tras aquella emboscada que sorteó al salir del cuartel para atender la emergencia durante los tiroteos registrados en octubre de 2019 durante el “Culiacanazo”.

El nuevo comandante en la capital sinaloense es el general Héctor Ávila Alcocer, un oficial de artillería que fue parte de los fundadores del primer Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército a mediados de los años 90. Como oficial de estado mayor conoció bien la frontera con Guatemala ya que estuvo adscrito a la 38 zona en Tenosique, Tabasco. Su paso por la sección tercera (operaciones) del Estado Mayor de la Defensa Nacional, y por la agregaduría militar de la Embajada de México en Washington, es parte del preámbulo a su arribo a Culiacán donde le tocará el relevo en la gubernatura del estado.

Con el general Dena Salgado el secretario de la Defensa Nacional movió al noroeste del país a uno de los militares de su absoluta confianza. No solo por ser contemporáneos del Colegio Militar, se graduaron con un año de diferencia, sino porque la experiencia operativa la complementa con una sólida preparación académica y en labores de estado mayor. Como oficial de infantería hizo el curso de patrullas de combate en Fort Benning, Georgia y tiempo después estuvo en la agregaduría militar de la Embajada de México en Canadá. Ha estado en diversas partes del país en diversas funciones y como comandante de zona militar la última de ellas antes de Sinaloa en Campeche.

Al sustituir al divisionario Carlos Ramón Carrillo del Villar, quien pasa a retiro, el general Dena Salgado recibe una jurisdicción en calma aparente, no exenta de sacudidas como las que ocurren al sur en Nayarit y Jalisco, y al norte en Sonora y Chihuahua, donde los intereses de los clanes sinaloenses en el trafico de drogas enfrentan agudas disputas.