BAKÚ.- Nuevo líder del Mundial por delante de Sebastien Vettel, Lewis Hamilton se impuso este domingo con una dosis de suerte en el Gran Premio de Azerbaiyán, logrando su primera victoria en 2018, beneficiado por el abandono de su compañero Valtteri Bottas y por el choque fratricida de los dos Red Bull.
"La victoria debió haber sido para Valtteri, y Sebastian hizo también un gran trabajo. Yo tuve mucha suerte hoy, así que me resulta un poco raro estar en esta posición", reconoció Hamilton, tercero durante gran parte de la carrera.
Así pues no se vieron grandes abrazos ni alegría desbordada en el piloto de Stevenage.
El cuádruple campeón del mundo inglés, que firmó su victoria 63, superó al finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y al mexicano Sergio Pérez (Force India).
Aunque los problemas de Mercedes desde el inicio de temporada siguen latentes, Hamilton al menos recuperó la sonrisa al verse comandando el Mundial de forma inesperada, con cuatro puntos más que Vettel.
El alemán, que salió desde la pole, sólo pudo ser cuarto cuando poco antes vislumbraba una plácida victoria. Hasta que llegó el choque de los Red Bull del australiano Daniel Ricciardo y el holandés Max Verstappen en la vuelta 41.
En un primer momento Bottas se había visto beneficiado por la entrada del coche de seguridad tras el choque entre los dos Red Bull. El finlandés aprovechó para entrar a boxes para cambiar sus neumáticos, cuando Vettel ya los había cambiado.
Vettel se justifica
Demasiado impaciente, Vettel atacó con todo a Bottas en busca de recuperar el liderato. Pero el cuádruple campeón del mundo alemán bloqueó sus ruedas en la curva número uno mientras atacaba a Bottas al relanzarse la carrera en la vuelta 47, lo que le costó ser adelantado por Hamilton, Raikkonen y Pérez.
"No creo que fuese demasiado optimista al tratar de pasar por dentro, tenía motivo para intentarlo", afirmó Vettel.
Y cuando era Bottas el que acariciaba la victoria, vio sus esperanzas rotas a tres vueltas del final cuando explotó su neumático trasero derecho, dando vía libre al triunfo de Hamilton.
Los organizadores habían prometido una pelea igualada en esta tercera edición del Gran Premio en la capital azerí, pero la lucha entre los tres primeros apenas tuvo interés hasta el 'loco' final producido por circunstancias ajenas a los pilotos.
El espectáculo lo pusieron pues los dos Red Bull, que peleaban codo a codo por la cuarta plaza.
Ricciardo trató de adelantar a Verstappen, al término de la larga recta de 2.2 kilómetros, impactando con la parte trasera del monoplaza del holandés, que no estaba dispuesto a dejarle pasar en ningún caso.
Nuevo infortunio de Alonso
"Todas mis disculpas al equipo, está claro que no es el mejor momento para comentar este incidente", declaró el austaliano.
Igualmente enfadado, el patrón de la escudería austríaca, Christian Horner, anunció que ambos pilotos pedirán perdón "a todo el personal" del equipo, antes de la próxima carrera, en Barcelona el 13 de mayo.
"Deberían haber peleado con respeto, los dos son dignos de censura", juzgó Helmut Marko, responsable de la filial de jóvenes pilotos de Red Bull, muy clemente con Verstappen.
Aunque minimizó el incidente, la dirección de la escudería de Milton Keynes podría llegar a sancionar a sus pilotos.
Red Bull, que aspiraba a ganar el Mundial de constructores, sufrió un doble abandono al igual que en Bahreïn.
Los españoles Carlos Sainz (Renault) y Fernando Alonso (McLaren) terminaron 5º y 7º, respectivamente.
El doble campeón del mundo asturiano se vio obligado a remontar luego de entrar a boxes al final de la primera vuelta con dos ruedas destrozadas al tocar con un rival.
"La primera vuelta en mitad del pelotón ha sido la misma historia de siempre; la gente prefiere chocar con otros coches que despegar. Pero también es cierto que, para evitarlo, tenemos que clasificarnos más arriba, donde suele ser un poco más limpio", se lamentó Alonso.