Aguascalientes, Aguascalientes; 20 de Octubre del 2018.- Anoche en el Victoria, un rayo amenazó con partirle a La Fiera todas sus ilusiones de liguilla, no contando con que el rugido del León iba a retumbar en su territorio.
Por lo menos de visita este León sabe sacar las garras, ha encontrado la forma perfecta para cazar a sus rivales. Que nadie en la Liga MX descarte a un felino hambriento.
Necaxa mientras tanto está al borde del precipicio, vivió una noche tormentosa, oscura, el crédito parece se le ha agotado al novel Marcelo Michel Leaño.
EL PARTIDO
Noche de movimientos, de un lado y del otro, en un duelo donde ambos se jugaban buena parte de sus aspiraciones por seguir en carrera rumbo a la fiesta grande.
León tuvo el regreso de Yarbrough bajo los tres palos, Tesillo y Mosquera volvieron a trabajar juntos en la central, mismo caso de Mejía y Aquino en medio campo, además de la inclusión de Omar Mireles, quien vino a ocuparse de la lateral derecha.
Pero los Rayos también ajustaron, con Yosgart que no paraba en Liga desde el Apertura 2016, el debut del joven Cobián y Brian Fernández como uno de los más adelantados. Pasados los cinco minutos La Fiera ya había sacado las garras.
López trompicó dentro del área a Boselli, penalti claro, sin ayuda del VAR y que el mismo Mauro hizo valido. Nacho Ambriz y compañía tenían por delante el panorama ideal, ventaja tempranera y la opción de manejar el juego a placer.
Necaxa por su parte poco y nada, muy nublado el cuadro dirigido por Leaño que si bien le daba toque a la bola, hasta con cierta comodidad en ciertos lapsos, la realidad es que no llegó a inquietar la meta de William. El chileno Fernández tuvo la opción más clara de los Rayos en 45 minutos, un disparo cruzado, bastante potente, que sólo fue vigilado por Yarbrough desde su posición.
Mucho mejor los hidrocálidos al comienzo de la parte complementaria. Mosquera estuvo a la hora cero, en el momento preciso, para salvar el empate de los locales sobre la línea de gol, Dávila era quien se la perdía al hacer un débil contacto sobre la pelota.
Necaxa se estaba acordando de cómo hacer futbol, dejó atrás los pelotazos intrascendentes, para ahora llegar hasta al área rival con acciones más elaboradas.
Los locales además sumaron mayor presencia ofensiva, con los ingresos de Riaño y Castro. Víctor Dávila de nuevo exaltó a la tribuna, ahora con violento disparo de media distancia que acabó reventando el travesaño.
La localía claramente era mejor, pero no resolvió, algo que a la postre León supo aprovechar para clavar el segundo y de qué forma. Los verdes se tejieron una jugada de no más de siete toques, donde incluyeron paredes, un “taquito” y una definición magistral del “Chapo” Montes, que mojó por quinta ocasión en el torneo. En adelante Necaxa lo buscó con más vergüenza deportiva que con idea.
Los guanajuatenses supieron matar el partido y el resto fue mero trámite, ahora se viene Puebla, la segunda final de cinco para buscar un cupo entre los mejores ocho.
