LEÓN, GTO.- Vaya sorpresas pero a finales de los años 90 del siglo pasado en la ciudad de León, un restaurante ubicado sobre el Eje, fue de los de mayor auge; aunque hoy subiste de la preferencia de sus clientes más consolidados, han decidido sumarse a la inclusión con la contratación de algunas personas con discapacidad en su equipo de trabajo.
Entre ellos destaca Josué Escalante, de 36 años de edad, y quien tiene más de 10 años trabajando, lavando trastes y atendiendo a la clientela en su posibilidad como todo un profesional mesero.
Josué vive con su madre, pero no solo se dedica a sus labores en la cocina y restaurante, es deportista especial ya con una medalla en campeonato estatal de natación en el año 2005 en la ciudad de Pachuca Hidalgo, y recibe un salario y propinas por sus labores ejercidas.
En vida el papá de Josué y amigo del dueño del lugar Eduardo Bujaidar padre empresario conocido de la ciudad, pidió una oportunidad para que trabajara su hijo y tuviera algún ingreso, al poco tiempo Bujaidar aceptó la propuesta.
“Yo estoy muy contento aquí trabajando, lavo trastes, hago limpieza y todos los meseros son mis amigos; me apoyan”, dijo Josué en entrevista para El Sol de León y Noticias Vespertinas de la Organización Editorial Mexicana.
Los compañeros de funciones de Josué respetan y admiran el trabajo que ha realizado durante más de una década, señalando es muy amable con la clientela y hace más fácil el trato con la gente.
“Significa todo para Josué, cuando vamos a salir los sábados o domingos entre familia, él no va, prefiere venir a trabajar; se siente autosuficiente, independiente, prefiere hacer todo menos qué faltar a su trabajo”, indicó su hermana Esterlina Escalante.
Josué tiene algunas limitaciones para poder gesticular oraciones o inclusive una palabra completa, pero se ayudó de su gesto amable y tierno de buen ser humano, habido de oportunidades y de sentirse útil en el mundo, contra todo obstáculo.
“Sabemos que viene a trabajar y lo estiman y valoran cómo es sus compañeros de trabajo; mis papás desde pequeños se concentraron en hacerlo crecer como persona, si nos cambió la vida, hace más sensible a la gente”, dijo la hermana de Josué.
Esterlina también añadió a diario Josué cuando se levanta para irse a trabajar a las 9 de la mañana a el restaurante, tiende su cama y no hay día que no lo haga y apoyo en sus labores.
Víctor Manuel Vázquez tiene 30 años trabajando en el restaurante y 10 años siendo compañero de trabajo, desde el principio lo tomó como un reto porque sabía, había que instruir a Josué en las labores.
“Al principio era muy callado; todo un reto, pero sorpresivamente para mí aprendió muy rápido, se desenvolvió de la misma manera; lo sumiso se lo quitó, aprendió a convivir con los demás compañeros y ahorita ya es una persona muy desenvuelta”, dijo Víctor Manuel.
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