León, Gto.- La causa de muerte del pequeño Iker Emmanuel, quien murió al ser presuntamente atacado por una jauría de perros en un lote de autos, aun es una incógnita. Autoridades ministeriales no brindaron ninguna información respecto a este tema.
En el lugar, algunos empleados de negocios vecinos, informaron que el niño no tenía ninguna mordedura en su cuerpo, a simple vista no se le veían y autoridades que se encontraban en el sitio, también lo mencionaron así.
“Desde aquí de mi negocio se alcanza a ver al lugar donde quedó el niño, estaba desnudo y revolcado, su cuerpo estaba lleno de tierra pero no tenía ni un solo rasguño, no se le apreciaba ningún golpe y tampoco alguna mordedura o una lesión”, relato José, quien asegura que no se dio cuenta de los hechos, hasta que vio que llegó la ambulancia y la patrulla y llegó al sitio.
Son de Zacatecas
Lupita y Jesús, los padres del pequeño Iker Emmanuel de 3 años de edad, son originarios de Zacatecas y hace aproximadamente un mes llegaron al lote utilizado como pensión y pidieron al dueño permiso para instalarse a cambio de una renta.
Ellos permanecían a las afueras del lugar, instalaron una mesa y una sombrilla y rifaban vehículos. Su negocio es conocido como rifas de autos “El Tocayo” y se promocionan a través de redes sociales. Son vecinos de la colonia Valle de Señora.
El niño jugaba con los canes
Los testigos, aseguran que el pequeño siempre andaba corriendo en la calle y se metía a jugar al negocio con los perritos.
“Era muy juguetón, como cualquier niño y siempre jugaba con los perros, los abrazaba, les daba agua y todo. Siempre jugaba detrás de los autobuses, incluso el dueño de esos camiones le decía a la señora, que tuviera cuidado con él, porque había el riesgo de que él lo atropellara cuando ingresaba a estacionar los vehículos, pero la señora solo le decía que si.
Lo encontró un empleado
El lugar en donde ocurrió el ataque, fue en la parte trasera del lote. A espaldas de unos autobuses de color azul que se encontraban estacionados, un empleado del lugar, que se dirigió a ese espacio, encontró al niño, sin ropa, con tierra encima y los perros alrededor.
Posteriormente, le dijo a su encargado y a su vez, a los padres del niño, quienes inmediatamente ingresaron al lugar y pidieron ayuda a una ambulancia.
Jesús llamó al 9-1-1 y le dijo a la telefonista que su hijo estaba inconsciente pero que su corazón aún latía, por lo que de inmediato llamaron a una ambulancia, pero cuando los paramédicos llegaron ya era muy tarde.