León, Gto.- Los tres perritos que fueron resguardados, al ser responsables de provocar la muerte de un pequeño de 3 años, al interior de un negocio de la colonia Las Trojes, continúan con vida y en resguardo del Centro de Control y Bienestar Animal.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
Se llaman “La Güera”, “El Negro” y “El Coffee”, son perros callejeros que llegaron a ese lugar desde hace mucho tiempo y que a decir de los vecinos de negocios cercanos, eran dóciles y nunca mostraron agresividad.
Perritos tuvieron un abogado
Los padres del pequeño Iker, ya no regresaron al lugar. Un empleado de la zona, dijo que los perritos están vivos porque los defendió un abogado.
“A los dueños les gustan mucho los animales y rescatan a muchos perritos, a estos tres no, porque ellos llegaron solos, pero cuando se dio todo esto y dijeron que los iban a dormir, los señores se movieron y contrataron un abogado para que defendiera a los perritos, siguen en el albergue, pero esperan que los puedan regresar pronto”, contó el testigo.
Los hechos
Lupita y Jesús, los padres del pequeño Iker Emmanuel de 3 años de edad, originarios de Zacatecas, pero vivían aquí en León, en la colonia Valle de Señora. Se dedicaban a la rifa de vehículos y rentaban la parte de afuera para instalar su negocio con una mesa y una sombrilla.
Vecinos de talleres cercanos, informaron que el niño siempre jugaba con los perritos y se metía a la pensión de autobuses, pero esa tarde, todo fue distinto.
Un empleado se dirigió a la parte trasera del lote, en donde se encontraban estacionados unos autobuses de color azul. Ahí encontró al niño, sin ropa, con tierra encima y los perros alrededor. Posteriormente, le dijo a su encargado y a su vez, a los padres del niño, quienes inmediatamente ingresaron al lugar y pidieron ayuda a una ambulancia, pero fue demasiado tarde.
Desmantela el taller
Al día siguiente, el dueño del taller, desmanteló el negocio y se mudó del lugar y únicamente, quedó un pequeño espacio para el resguardo de los autobuses. Ahora, el área está semivacía, pues otro taller ya se extendió en el sitio.
“Un día después de que pasó eso, el señor se fue, el lunes ya no estaba aquí, por eso enmallado y a mí me dejaron más espacio”, contó el encargado de un taller mecánico, ubicado en esa esquina de Antonio Madrazo y bulevar Guanajuato.
Mientras tanto, en la pensión de autobuses, ya reducida a la mitad del terreno, hay otros dos canes, que llegaron de la misma manera: solos, buscando refugio.