/ domingo 26 de mayo de 2024

La familia Sánchez, tres generaciones de migrantes que exigen un cambio de rumbo

Columna: Historias del Estado Número 33. (No. 78)


La familia Sánchez, originaria de Zacatecas, es de tradición migrante. El primero en irse para “el otro lado” fue el abuelo Jaciel en 1963 gracias al Programa Bracero. Luego,su hijo Damián lo alcanzó en Houstón once años después, en 1974. Finalmente, Raúl se unió a su abuelo y a su papá hace cinco años, en el 2019. La familia Sánchez ha logrado salir adelante gracias a las remesas que han envíado a lo largo de tres generaciones de migrantes. Así como la familia Sánchez, existen muchas familias mexicanas que han encontrado en la migración la puerta para escapar de su realidad. La historia de la familia Sánchez genera dudas muy puntuales: ¿Qué ha cambiado en el país desde que se fue el abuelo Jaciel en 1963? ¿Qué ha mejorado en nuestra tierra a partir de que Damián cruzó el Río Bravo en 1974? ¿Y qué se ha transformado en México en estos últimos cinco años que motivaron a Raúl a seguir el mismo camino de la migración? Las respuestas salen sobrando cuando vemos cómo la economía, la educación, la salud y, sobre todo, la inseguridad de nuestro amado México son las manos que despiden a diario a nuestros migrantes.


Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó datos que nos deben poner a reflexionar. En resumidas cuentas, el INEGI nos dice que la migración en México sigue su cauce normal (al menos el que se ha trazado en los últimos cinco años): aumentó 58% respecto a los cinco años previos. Si traducimos este porcentaje a números duros, podemos ver que alrededor de 1.2 millones de mexicanos dejaron el país entre 2018 y 2023, es decir, migraron 459 mil personas más que en el periodo de 2013 a 2018. Ahora bien, ¿cuáles son las cuasas de esta movilización de personas? El INEGI informó que el 82.4% abandonó el país por motivos relacionados con el trabajo, le siguieron reuinirse con la familia con el 5.8% y estudiar con el 5.3%. No obstante a estos datos, y para tener una radiografía más completa de la situación, es importante mencionar que en los últimos cinco años la inseguridad ha sido la principal causa para que, incluso, familias completasintenten escapar de la pesadilla que sufren en sus comunidades de origen.


Seguramente al conocer esta información del INEGI, desde Palacio Nacional (y desde su búnker de campaña oficialista), dirán que “tienen otros datos”. Lo cierto es que estos números son contundentes y deben estar ya en las carpetas de las candidatas y el candidato a la presidencia de la república como parte de las cosas que urgen resolverse. Por otra parte, no olvidemos que este 2024 también se realizarán elecciones presidenciales en los Estados Unidos y el tema de migración es tan relevante para nuestros vecinos del norte que puede definir si regresa a la Casa Blanca Donald Trump o continúa Joe Biden. Sea cual sea el desenlace de ambas elecciones, tanto Claudia, Xóchitl, Jorge, Donald y Joe saben que la migración va en una escalada nunca antes vista y que, por el bien de ambos países, deberán ponerse de acuerdo a partir del siguiente año quienes resulten electos.


Por lo pronto, la familia Sánchez sigue creciendo en número y también en sueños. Hoy, un pequeño zacatecanode diez años llamado Rodrigo Sánchez realiza todas las tardes videollamadas a Houston para saludar a su bisabuelo Jaciel, a su abuelo Damián y, sobre todo, a su papá Raúl. “Pronto estaré con ustedes…”, les dice Rodrigo cada que concluyen una videollamada. Seguramente un día Rodrigo estrechará a sus seres queridos que tanto anhela ver, sóloesperemos que no tengan que pasar otros cinco años para que este pequeño tome el camino de la migración y mejor los reciba con los brazos abiertos aquí, en su tierra, para juntos volver a comenzar.


Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

Facebook: @Juan Hernandez

Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez


Columna: Historias del Estado Número 33. (No. 78)


La familia Sánchez, originaria de Zacatecas, es de tradición migrante. El primero en irse para “el otro lado” fue el abuelo Jaciel en 1963 gracias al Programa Bracero. Luego,su hijo Damián lo alcanzó en Houstón once años después, en 1974. Finalmente, Raúl se unió a su abuelo y a su papá hace cinco años, en el 2019. La familia Sánchez ha logrado salir adelante gracias a las remesas que han envíado a lo largo de tres generaciones de migrantes. Así como la familia Sánchez, existen muchas familias mexicanas que han encontrado en la migración la puerta para escapar de su realidad. La historia de la familia Sánchez genera dudas muy puntuales: ¿Qué ha cambiado en el país desde que se fue el abuelo Jaciel en 1963? ¿Qué ha mejorado en nuestra tierra a partir de que Damián cruzó el Río Bravo en 1974? ¿Y qué se ha transformado en México en estos últimos cinco años que motivaron a Raúl a seguir el mismo camino de la migración? Las respuestas salen sobrando cuando vemos cómo la economía, la educación, la salud y, sobre todo, la inseguridad de nuestro amado México son las manos que despiden a diario a nuestros migrantes.


Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó datos que nos deben poner a reflexionar. En resumidas cuentas, el INEGI nos dice que la migración en México sigue su cauce normal (al menos el que se ha trazado en los últimos cinco años): aumentó 58% respecto a los cinco años previos. Si traducimos este porcentaje a números duros, podemos ver que alrededor de 1.2 millones de mexicanos dejaron el país entre 2018 y 2023, es decir, migraron 459 mil personas más que en el periodo de 2013 a 2018. Ahora bien, ¿cuáles son las cuasas de esta movilización de personas? El INEGI informó que el 82.4% abandonó el país por motivos relacionados con el trabajo, le siguieron reuinirse con la familia con el 5.8% y estudiar con el 5.3%. No obstante a estos datos, y para tener una radiografía más completa de la situación, es importante mencionar que en los últimos cinco años la inseguridad ha sido la principal causa para que, incluso, familias completasintenten escapar de la pesadilla que sufren en sus comunidades de origen.


Seguramente al conocer esta información del INEGI, desde Palacio Nacional (y desde su búnker de campaña oficialista), dirán que “tienen otros datos”. Lo cierto es que estos números son contundentes y deben estar ya en las carpetas de las candidatas y el candidato a la presidencia de la república como parte de las cosas que urgen resolverse. Por otra parte, no olvidemos que este 2024 también se realizarán elecciones presidenciales en los Estados Unidos y el tema de migración es tan relevante para nuestros vecinos del norte que puede definir si regresa a la Casa Blanca Donald Trump o continúa Joe Biden. Sea cual sea el desenlace de ambas elecciones, tanto Claudia, Xóchitl, Jorge, Donald y Joe saben que la migración va en una escalada nunca antes vista y que, por el bien de ambos países, deberán ponerse de acuerdo a partir del siguiente año quienes resulten electos.


Por lo pronto, la familia Sánchez sigue creciendo en número y también en sueños. Hoy, un pequeño zacatecanode diez años llamado Rodrigo Sánchez realiza todas las tardes videollamadas a Houston para saludar a su bisabuelo Jaciel, a su abuelo Damián y, sobre todo, a su papá Raúl. “Pronto estaré con ustedes…”, les dice Rodrigo cada que concluyen una videollamada. Seguramente un día Rodrigo estrechará a sus seres queridos que tanto anhela ver, sóloesperemos que no tengan que pasar otros cinco años para que este pequeño tome el camino de la migración y mejor los reciba con los brazos abiertos aquí, en su tierra, para juntos volver a comenzar.


Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

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Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez