La semana pasada tuve el honor de asistir a la XV Reunión de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Euro-Lat), en la ciudad de Madrid, España. Esta asamblea tiene como objetivo promover y contribuir a la cooperación estratégica en distintos proyectos entre países de América Latina y el Caribe y la Unión Europea. Yo formo parte de la Comisión de Asuntos Sociales, Jóvenes y Niños, Intercambios Humanos, Educación y Cultura, desde donde me toca promover iniciativas específicas en estos temas, además de tener la posibilidad de integrarme a algunas otras comisiones y mesas de trabajo.
Una de las cuestiones fundamentales que he defendido a lo largo de mi trayectoria legislativa es la promoción de los derechos de las niñas, niños y jóvenes, especialmente en lo que respecta a su acceso a la educación y la calidad de la misma. Estoy convencido de que es un pilar esencial para eliminar las brechas de desigualdad que afectan a nuestro país y a nuestro estado.
Es en este contexto, hice un llamado al Parlamento Europeo para que fortalezca los esfuerzos de cooperación en materia académico-educativa. La desigualdad educativa que enfrentamos en las zonas urbanas más vulnerables, además de las regiones rurales, es evidente. Para lograr un progreso real y duradero, necesitamos abordar este desequilibrio y trabajar juntos en la implementación de nuevos modelos, sobre todo aquellos que ya han probado ser efectivos en otros países, de los que podemos aprender de su experiencia.
Comparto la preocupación expresada por mis colegas legisladores y legisladoras de que, lamentablemente en numerosas ocasiones, el origen de muchos ciudadanos se convierte en su destino, debido a las limitaciones que enfrentan. Debemos reconocer que la educación es la llave que puede abrir las puertas a un futuro próspero y exitoso para nuestra juventud, por lo tanto, es esencial que prestemos una especial atención a este tema y promovamos activamente la cooperación y capacitación que ayuden a cerrar la brecha de desigualdad.
Soy muy consciente de que los contextos económicos, políticos y sociales son distintos, pero aprovechar la experiencia y los logros educativos de Europa puede ser un catalizador para impulsar el desarrollo sostenible en nuestra región. La transferencia de conocimientos, prácticas y metodologías educativas exitosas puede contribuir significativamente a mejorar la calidad de la educación en nuestro país. Debemos enfocarnos en programas que fomenten la inclusión, la igualdad de oportunidades y el acceso para todos, independientemente de su origen socioeconómico o ubicación geográfica.
En el proceso de establecer esta cooperación educativa, es fundamental que trabajemos en conjunto, considerando las particularidades y necesidades específicas de cada país. No se trata de adoptar un modelo único, sino de adaptar las mejores prácticas a nuestra realidad y, al mismo tiempo, aprender de las experiencias de Europa para mejorar nuestras estrategias.
Además de abordar la brecha educativa, es importante reconocer el impacto positivo que la cooperación en educación puede tener en otros aspectos sociales y culturales. Al promover igualmente la movilidad estudiantil, podremos fortalecer los lazos entre nuestras sociedades y fomentar la comprensión mutua, lo que enriquecerá nuestra identidad y diversidad cultural.
Como legislador, he promovido distintas iniciativas y puntos de acuerdo en temas como infraestructura educativa, actualización de planes educativos, modificaciones de presupuestos dirigidos a la educación, entre otros; y me comprometo a seguir trabajando arduamente para impulsar iniciativas que promuevan el acceso equitativo a una educación de calidad. Estoy convencido que enfocarnos en esta necesidad abrirá nuevas oportunidades y construirá un futuro más brillante para nuestras generaciones venideras.
Somos millones quienes creemos que México es enorme. Soy Erandi Bermúdez y les escribo desde Guanajuato, nuestro Guanajuato Ganador.
Senador de la República
@ErandiBermudez
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