León, Guanajuato.- Fiesta en el cielo y en el ruedo, la Corrida a la Virgen de La Luz cumplió con un encierro en el que el temple y arte de los matadores fue la ofrenda dedicada a la Santa Patrona de León. Diego Silveti con tres orejas fue el triunfador de la tarde.
En este encierro partió plaza Octavio García 'El Payo' ante 'Mar de Nubes', el diestro queretano dio una faena con tandas variadas de naturales y derechazos, el astado perdió brío pasando a matar, pinchó en su primer viaje y cumplió en su segundo intento, silencio.
Cómo segundo de su lote y tercero de la tarde, 'El Payo' lidió a 'Luna Gris', buscando el favor del respetable realizó pases cortos sin quitar la muleta de la vista del toro. Al tirarse a matar clavó la espada hasta los gavilanes, el burel tardó en caer siendo necesarios dos descabellos, silencio.
BRILLA SILVETI
Silveti tuvo como primero a 'Bocanegra', realizando una faena continúa, el burel demostró se noble y brioso buscando la embestida permitiendo al de casa realizar tandas de naturales y derechazos. Para el final asestó un espadazo certero en su primer viaje ganándose la primera oreja de la tarde, arrastre lento para el de Fernando de la Mora.
Para el segundo del guanajuatense tocó 'Luz del Cielo', toro que hizo honor a su nombre iluminando una faena de Silveti que abrió con quites recordando al 'Califa de León'. Con la pañosa estructuró faena con derechazos y naturales soberbios que remató con tanda de manoletinas . Con la espada realizó un estoconazo certero que le valió dos apéndices y el grito de "¡Torero, torero!" por parte del respetable.
Leo Valadez, en su primero, resultó el lunar de la tarde, un toro soso y distraído, el hidrocálido se deshizo de el con pinchazo y descabello.
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En el último del encierro, el reciente triunfador en Las Ventas recibió a 'Piropo' con dos faroles de rodillas de hinojos para pagarle verónicas bien estructuradas, ya en el tercio brindó al respetable e inició su lidia de hinojos pegando cinco derechazos, siguió pegándose un arrimón para hacer una faena de muchos quilates. Con el acero se desesperó pegando cuatro pinchazos y dos descabellos, el respetable dio fuerte ovación.
