El incremento en los precios de los platillos en negocios de comida será uno de los primeros daños colaterales de la ofensiva comercial lanzada desde Washington, y que México respondió con un arancel de 20% a la carne de cerdo originaria de Estados Unidos.
“Todo restaurante o tipo de comida que lleve cerdo, seguramente durante los próximos tres y seis meses deberá hacer un ajuste (de precios) porque 20% de arancel es mucho”, explicó una fuente del sector consultada por este diario.
El reto al que se enfrenta la industria, dijo la fuente, es encontrar a un proveedor sólido que pueda amortiguar este golpe y posteriormente valorar el incremento en los precios al consumidor final.
El martes, la Secretaría de Economía (SE) publicó en el Diario Oficial de la Federación que a partir del 5 de julio, la importación de piernas, paletas, trozos sin deshuesar, jamones y embutidos de cerdo proveniente de EU tendrá un arancel de 20%.
Este tipo de mercancías son una materia prima importante para la industria restaurantera. De acuerdo con cálculos de especialistas del sector, un plato de pozole, por ejemplo, podría encarecerse entre cuatro y cinco pesos. Datos de la SE indican que 33% del consumo nacional de piezas y derivados del cerdo se compra en Estados Unidos.
Por otro lado, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega Valladolid, dijo que los agroindustriales del país absorberán parte de los aranceles establecidos, a fin de evitar alzas en los precios al consumidor.
Tras una conferencia de prensa, De la Vega Valladolid comentó que el pasado lunes el CNA tuvo una reunión con el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y se acordó no afectar al consumidor mediante el cuidado de los precios internos de la producción nacional y otras alternativas de abastecimiento.
Además, consideró como “muy probable” que los productores de cerdo de EU hablen con sus compradores de México y digan que absorberán parte del arancel, pues es un mercado muy valioso que deben cuidar.