Está profesión ha enseñado a este héroe que ante una situación de emergencia está propenso a perder su vida para salvar otra. “Aunque tengamos la capacitación, estemos preparados física y mentalmente, las emergencias nos cambian las jugadas, podemos hacer algo indebido y salir lastimados”.
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Un suceso que le ha marcado su vida en estos nueve años de labor fue el día que acudió a un reporte por incendio en una casa, al momento de llegar les avisaron que había un niño atrapado en el interior de la vivienda. “Nos introducimos como se pudo y empezamos a hacer la búsqueda en los cuartos, y efectivamente había un niño aún con respiración escondido en el baño.
La puerta ya estaba un poco vencida por la temperatura, cuando la abro, el niño estaba acostado y estaba desprendiendo humo su ropa, lo tomé entre mis brazos y lo sacamos, luego los paramédicos se lo llevaron al Seguro de Alta Especialidad”.
Nunca le había tocado rescatar a un niño, sólo a personas adultas. Ya después se enteró que el pequeño tenía autismo y una edad de quince años.
Así como esta historia, Alberto García tiene más por contar, sus vivencias y reconocimientos para él son logros personales, el ser bombero es lo mejor que le ha pasado.
Los que formamos parte del H. Cuerpo de Bomberos somos como hermanos, porque si falla alguien todos fallamos.
Alberto García
