León, Gto. - Cientos de miles de personas, entre ciudadanos y turistas, circulan a diario caminando por la calle principal de Zona Centro, Francisco I. Madero, mejor conocida como "La Madero".
Al recorrerla, iniciando por el Arco de la Calzada, hasta finalizar en Plaza de los Mártires del 2 de Enero o mejor conocida como "Plaza Principal", es común encontrarse con la mayoría de las alcantarillas del sistema pluvial en un estado deplorable.
Algunas están oxidadas, abolladas, deterioradas, sin embargo, la mayoría están rotas, presentan perforaciones en las tapaderas, algunas de hasta 30 centímetros de largo y 10 centímetros de ancho.
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El tamaño de las perforaciones es suficiente para que el pie de un niño, el bastón de un ciego, muletas, andadores, sillas de ruedas, entre otras, puedan caer a la perfección, además generan tropiezos constantes en los peatones.
Cada peatón corre un riesgo al circular por las calles de La Madero, que además de ser angostas y tener más alcantarillas dañadas, las personas tienen que bajar constantemente de la banqueta, corriendo el riesgo de sufrir un accidente.
Los residentes de zona centro, están en busca de la reparación de todas y cada una de las alcantarillas, quiénes ya se han puesto en contacto con las autoridades correspondientes para llevar a cabo el arreglo de dichas cloacas.
"Ya hablamos con municipio, pero nos dijeron que era SAPAL quien se encargaba de eso, cuando fuimos a SAPAL, nos dijeron que los encargados eran municipio, al final, nos hicieron caso en miércoles ciudadano, y SAPAL ya se está dándole atención al problema, supuestamente tuvo que quedar hace un tiempo, pero ya no nos han comentado nada, esperemos que pronto nos las reparen, por qué a parte huele mal" declaró uno de los vecinos que residen en La Madero.
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Según el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL) Las alcantarillas con perforaciones en sus tapaderas representan una amenaza significativa para la infraestructura urbana.
Estas aberturas comprometen la eficiencia del sistema de drenaje, permitiendo la entrada de desechos sólidos y contribuyendo a la obstrucción de las tuberías. Además, la exposición constante a elementos corrosivos acelera el proceso de oxidación, aumentando el riesgo de fallas estructurales.
Es esencial realizar un mantenimiento regular para prevenir tales problemas, incluyendo inspecciones periódicas, limpieza y aplicaciones anticorrosivas. El descuido de estas medidas no solo resulta en costosas reparaciones, sino también en riesgos para la salud pública y el medio ambiente debido a posibles desbordamientos y contaminación.
