/ viernes 5 de abril de 2019

La historia de los Vía Crucis en León

En el barrio de San Miguel, la tradición del Vía Crucis ya tiene más de un siglo,

La Cuaresma es una tradición que se vive con fervor entre los leoneses, costumbre que ha cambiado con el paso del tiempo, pero todavía perduran los Vía Crucis que se realizan en los distintos barrios de la ciudad en que, los vecinos elegidos, interpretan el papel de Jesús de Nazaret. Calles, plazas y avenidas se abarrotan del gentío que acude a ver La Pasión, los niños corren detrás del hombre que carga la cruz justo cuando el Sol se encuentra en el cénit.


San Miguel de la Real Corona más de 100 años de tradición


En el barrio de San Miguel, la tradición del Vía Crucis ya tiene más de un siglo, según el libro Rutas de la Pasión, editado por el Instituto Cultural de León en mayo del 2016, tiene 111 años de realizarse.

Lea también: Escenifican el vía crucis en San Miguel

Antes de la “Semana Mayor”, en Chapalita, el Coecillo, el Calvario, San Miguel y Nuevo Valle de Moreno, los colonos, después de su trabajo diario, se unen para ensayar y detallar la organización, desde que es aprehendido hasta su crucifixión.


Evangelización


El Cronista Vitalicio de la Ciudad de León, Carlos Arturo Navarro Valtierra, detalla en su obra, Crónica Leonesa que “los frailes franciscanos encargados de la administración religiosa, desde su llegada a León en 1589, atendieron no sólo a los vecinos españoles de la Villa, sino además, a los mulatos y a los naturales tarascos y otomíes que arribaron después de la fundación”.


“Para convertir a los indios al catolicismo, o bien para fomentar la doctrina, se valieron de la liturgia colectiva. Los grandes misterios de la Pasión y la vida de Cristo se pintaban y representaban en incontables variaciones y ceremonias” escribe Carlos Arturo Navarro Valtierra.


Las primeras Cofradías


Según Carlos Arturo Navarro Valtierra, los miembros de las primeras Cofradías organizaban los Vía Crucis, escribe “La primera Cofradía que se conoce es la de Nuestra Señora del Rosario erigida en 1608 y la Segunda la de Nuestra Señora de La Soledad iniciada en 1625”. Todas las cofradías realizaban un desfile desde la Parroquia hasta San Juan de Dios y ejecutaban los pasos tradicionales: “La bolsa”, “La linterna”, “Las sogas”, “La ropa”, “Los azotes”, “Los clavos”.


La Cuaresma en el Siglo XIX


La tradición del Vía Crucis en León ha sido documentada por diferentes académicos, en diferentes siglos, como el Lic. Toribio Esquivel Obregón que relata cómo la gente vivía la Cuaresma en León en sus Recordatorios Públicos y Privados de 1864-1908.

Te puede interesar: El "Cristo" de San Miguel

Tradición Culinaria


Escribe Toribio Esquivel que “El Viernes de Cuaresma se comía el sabrosísimo pescado bagre del río Turbio o el blanco de la laguna de Chapala, Llegaban los Pescadores y extendían en la Plaza Frente a la Parroquia, su mercancía… el pescado despedía los más apetitosos aromas guisado en blanco o en adobo o en tortas de huevos y siempre acompañado de picantes chiles en vinagre”.


El pretexto de vestir bien


Esquivel describe cómo es que las mujeres vestían sus mejores ropas en la visita a los Siete Altares en Jueves Santo. “Los tápalos de Manila o de Burato, las mantillas y los encajes muchas veces, heredados en la familia generaciones atrás, era de ver a las muchachas tratando de ocultar bajo la aparente compunción exigida por la gravedad de la santa conmemoración, la vanidad de parecer guapas y elegantes ante el corro de los jóvenes que, con el mismo pretexto que ellas, iban en busca de unos ojos negros o de una sonrisa que les trastornaba el seso y los inflamaba”.


Cuaresma en el Siglo XX


Timoteo Lozano Martínez en sus estampas leonesas editadas por el Archivo Histórico Municipal de León describe que “al llegar la semana Mayor o Santa, todo ruido cesaba, incluyendo cualquier clase de vehículos, con excepción de los tranvías de la Compañía Limitada del Centro y “carretones”. En el interior de las casas se aquietaba a los chiquillos durante los cinco días de esa última semana, amonestándoseles severamente para que se abstuvieran de cometer groserías”.


Decía Timoteo Lozano que para los leoneses era costumbre cortarse el cabello y las uñas y no lo hacía hasta la semana de Pascua. Que en el tiempo de Semana Santa había recato, se suprimía toda clase de festejos, serenatas y audiciones de la Banda de Regimiento”.


La pasión para el perdón


La pasión es un momento para renovarse, para pedir perdón, encontrarse y remendar errores, así lo escribe Miguel Ángel de Alba en su artículo “La Pasión según los leoneses”.” Hay quienes llevan ropas nuevas, realizadas con esmero y de buenas telas; otros, apena unas túnicas remendadas, hechas de géneros baratos”.


La frase: “Algunos por tradición, otros para cumplir “mandas”, Incluso hay una “pasión” realizada por ex alcohólicos y ex drogadictos: la de la colonia Chapalita (“Señor, si en la borrachera te ofendí...”)” escribió Miguel Ángel de Alba para la revista Tiempos Número 75.


DATOS:

El Sol de León consultó información sobre cuáles son los Vía Crucis con mayor arraigo y tradición de la Ciudad, según el libro Las Rutas de la Pasión editado por el Instituto Cultural de León (ICL):


  • El Vía Crucis del Calvario tiene más de 100 años.
  • El más antiguo, el de San Miguel de la Real Corona tiene 111 años
  • El de Nuevo Valle de Moreno tiene más de 60 años.
  • El Coecillo 37 años.
  • Chapalita 51 años.

La Cuaresma es una tradición que se vive con fervor entre los leoneses, costumbre que ha cambiado con el paso del tiempo, pero todavía perduran los Vía Crucis que se realizan en los distintos barrios de la ciudad en que, los vecinos elegidos, interpretan el papel de Jesús de Nazaret. Calles, plazas y avenidas se abarrotan del gentío que acude a ver La Pasión, los niños corren detrás del hombre que carga la cruz justo cuando el Sol se encuentra en el cénit.


San Miguel de la Real Corona más de 100 años de tradición


En el barrio de San Miguel, la tradición del Vía Crucis ya tiene más de un siglo, según el libro Rutas de la Pasión, editado por el Instituto Cultural de León en mayo del 2016, tiene 111 años de realizarse.

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Antes de la “Semana Mayor”, en Chapalita, el Coecillo, el Calvario, San Miguel y Nuevo Valle de Moreno, los colonos, después de su trabajo diario, se unen para ensayar y detallar la organización, desde que es aprehendido hasta su crucifixión.


Evangelización


El Cronista Vitalicio de la Ciudad de León, Carlos Arturo Navarro Valtierra, detalla en su obra, Crónica Leonesa que “los frailes franciscanos encargados de la administración religiosa, desde su llegada a León en 1589, atendieron no sólo a los vecinos españoles de la Villa, sino además, a los mulatos y a los naturales tarascos y otomíes que arribaron después de la fundación”.


“Para convertir a los indios al catolicismo, o bien para fomentar la doctrina, se valieron de la liturgia colectiva. Los grandes misterios de la Pasión y la vida de Cristo se pintaban y representaban en incontables variaciones y ceremonias” escribe Carlos Arturo Navarro Valtierra.


Las primeras Cofradías


Según Carlos Arturo Navarro Valtierra, los miembros de las primeras Cofradías organizaban los Vía Crucis, escribe “La primera Cofradía que se conoce es la de Nuestra Señora del Rosario erigida en 1608 y la Segunda la de Nuestra Señora de La Soledad iniciada en 1625”. Todas las cofradías realizaban un desfile desde la Parroquia hasta San Juan de Dios y ejecutaban los pasos tradicionales: “La bolsa”, “La linterna”, “Las sogas”, “La ropa”, “Los azotes”, “Los clavos”.


La Cuaresma en el Siglo XIX


La tradición del Vía Crucis en León ha sido documentada por diferentes académicos, en diferentes siglos, como el Lic. Toribio Esquivel Obregón que relata cómo la gente vivía la Cuaresma en León en sus Recordatorios Públicos y Privados de 1864-1908.

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Tradición Culinaria


Escribe Toribio Esquivel que “El Viernes de Cuaresma se comía el sabrosísimo pescado bagre del río Turbio o el blanco de la laguna de Chapala, Llegaban los Pescadores y extendían en la Plaza Frente a la Parroquia, su mercancía… el pescado despedía los más apetitosos aromas guisado en blanco o en adobo o en tortas de huevos y siempre acompañado de picantes chiles en vinagre”.


El pretexto de vestir bien


Esquivel describe cómo es que las mujeres vestían sus mejores ropas en la visita a los Siete Altares en Jueves Santo. “Los tápalos de Manila o de Burato, las mantillas y los encajes muchas veces, heredados en la familia generaciones atrás, era de ver a las muchachas tratando de ocultar bajo la aparente compunción exigida por la gravedad de la santa conmemoración, la vanidad de parecer guapas y elegantes ante el corro de los jóvenes que, con el mismo pretexto que ellas, iban en busca de unos ojos negros o de una sonrisa que les trastornaba el seso y los inflamaba”.


Cuaresma en el Siglo XX


Timoteo Lozano Martínez en sus estampas leonesas editadas por el Archivo Histórico Municipal de León describe que “al llegar la semana Mayor o Santa, todo ruido cesaba, incluyendo cualquier clase de vehículos, con excepción de los tranvías de la Compañía Limitada del Centro y “carretones”. En el interior de las casas se aquietaba a los chiquillos durante los cinco días de esa última semana, amonestándoseles severamente para que se abstuvieran de cometer groserías”.


Decía Timoteo Lozano que para los leoneses era costumbre cortarse el cabello y las uñas y no lo hacía hasta la semana de Pascua. Que en el tiempo de Semana Santa había recato, se suprimía toda clase de festejos, serenatas y audiciones de la Banda de Regimiento”.


La pasión para el perdón


La pasión es un momento para renovarse, para pedir perdón, encontrarse y remendar errores, así lo escribe Miguel Ángel de Alba en su artículo “La Pasión según los leoneses”.” Hay quienes llevan ropas nuevas, realizadas con esmero y de buenas telas; otros, apena unas túnicas remendadas, hechas de géneros baratos”.


La frase: “Algunos por tradición, otros para cumplir “mandas”, Incluso hay una “pasión” realizada por ex alcohólicos y ex drogadictos: la de la colonia Chapalita (“Señor, si en la borrachera te ofendí...”)” escribió Miguel Ángel de Alba para la revista Tiempos Número 75.


DATOS:

El Sol de León consultó información sobre cuáles son los Vía Crucis con mayor arraigo y tradición de la Ciudad, según el libro Las Rutas de la Pasión editado por el Instituto Cultural de León (ICL):


  • El Vía Crucis del Calvario tiene más de 100 años.
  • El más antiguo, el de San Miguel de la Real Corona tiene 111 años
  • El de Nuevo Valle de Moreno tiene más de 60 años.
  • El Coecillo 37 años.
  • Chapalita 51 años.

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