Hace unos días se hizo viral un video de Tik Tok de Xóchitl Gálvez Ruiz, en donde ella, arriba de su bicicleta, viaja por calles de los Estados Unidos, preguntando a personas ¿qué significa walk the talk? Las respuestas fueron variadas, pero todas con una misma esencia: significa congruencia. Es decir, cumplir con lo que se dice.
Sabemos que en el tema de migración se ha prometido mucho y se ha cumplido poco. Son décadas en las que el clamor de los millones de migrantes que viven en los Estados Unidos es para contar con una reforma migratoria integral, que les abra la puerta hacia una migración ordenada, segura y normalizada. Son las mismas décadas que candidatos (y luego presidentes) les han prometido todo a los migrantes, con tal de obtener mayor preferencia, pero, como sabemos, al acceder al poder no les han cumplido. Para no ir más lejos: Joe Biden prometió en su campaña cambiarles la vida a los migrantes y hoy no sólo no ha cumplido, sino que, incluso, empujó hace dos semanas una iniciativa bipartidista para “cerrar la frontera”.
En esto de las promesas incumplidas, comencemos con Biden. Un fracaso anunciado, así fue calificada la propuesta de seguridad fronteriza que empujó el actual presidente de los Estados Unidos en el senado y que, como se pronosticaba, fue rechazada (no consiguió los 60 votos necesarios para pasar a debate). Este tropiezo en materia de migración no sólo dejó mal parado al republicano en vísperas de las elecciones presidenciales, por si fuera poco, fue aprovechado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien pidió a los políticos estadounidenses dejar de usar a nuestro país como una piñata. Para nadie es un secreto que esta propuesta de Biden, que le daría el poder de cerrar la frontera, era una locura con la que afectaría a miles de migrantes. (Tan sólo en diciembre de 2023 se dieron 300 mil cruces irregulares.) Además, el tema comercial entre México y la Unión Americana también se vería impactado de manera negativa, justo ahora que nuestro país se convirtió en el máximo aliado comercial de los Estados Unidos, superando al “monstruo” asiático que representa China.
¿Y qué podemos decir de la otra cara de la moneda política en Estados Unidos? Donald Trump no sólo deshonra las palabras walk the talk sino que, abusivamente, las hace irreconocible con su incansable narrativa antiinmigrante. Recordemos que el Tribunal Supremo de Estados Unidos comenzó las audiencias para determinar si Trump es elegible para luchar por la Casa Blanca en las siguientes elecciones. (Dicho proceso es por el señalamiento en su contra como incitador del asalto al Capitolio en el 2021, el cual fue a consecuencia de las quejas por fraude que hizo Trump, luego de perder la contienda con Joe Biden.)
Mientras todo esto sucede en materia política y migratoria en el país vecino del norte, en la gran nación transnacional que somos en México, estamos ávidos de walk the talk. Cumplir lo prometido es un clamor de los 170 millones de mexicanos (los 130 que radican en nuestro territorio y los 40 que viven en los Estados Unidos). Podemos ver a diario en los 32 estados de la República que los emprendedores, empresarios, comerciantes, trabajadores, amas de casa y estudiantes ya no buscan promesas sino hechos. Por su parte, en territorio estadounidense los dreamers, jornaleras agrícolas, mexicanos de segunda y tercera generación, también se preguntan ¿cuándo nuestros gobernantes y nuestros políticos mexicanos fomentarán con el ejemplo el walk the talk? Quizás no haga falta pronunciar esta palabra de manera correcta, como “algunos” lo exigen, y lo mejor sea pregonar con el ejemplo, como pocos lo hacen, ya sea a pie o, felizmente, arriba de una bicicleta.
Coordinación Nacional Migrante del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional
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