/ domingo 12 de marzo de 2023

Cambios profundos en la Educación

Diseñar procesos de formación psicoemocional y de liderazgo a cuerpos directivos, docentes y a la comunidad educativa en general es una manera profunda de incidir en un cambio que se dirija a la construcción de una educación socioemocional.


En las últimas décadas la humanidad ha experimentado profundas crisis, la educación no ha sido la excepción. Toda crisis brinda la oportunidad para analizar los fenómenos que la desencadenaron y en consecuencia, representa la oportunidad para alcanzar mejores niveles y condiciones para el desarrollo. Por el contrario, si la crisis no se supera, produce un profundo caos, de fractura y estancamiento. El modelo educativo que prevaleció en los últimas décadas, estuvo centrado en el logro académico, privilegiando la apropiación de saberes prácticos, útiles, descuidando el desarrollo humano del educando, el cual pasó a un segundo término.


La eficiencia en estándares de resultados, ha sido un criterio para medir el proceso enseñanza/aprendizaje, seguramente preocupada la autoridad educativa por valorar el proceso educativo en términos cuantificables, como ocurre en procesos que implican la elaboración de productos materiales, pasando por alto que la educación no es una ciencia fáctica, sino una ciencia social, lo cual implica una concepción filosófica, metodológica propia de su objeto de estudio.

Oportuno cuestionarnos, ¿Qué deseamos para nuestros hijos? ¿Qué tipo de escuela anhelamos?

Seguramente, se coincide, en desear que nuestros hijos construyan una vida que les permita disfrutar de bienestar y felicidad.

¿La educación, como se ha venido orientando contribuye a estos propósitos? La escuela, espacio privilegiado de encuentro humano, ¿Contribuye al bienestar y felicidad del niño?


Es motivo de reflexión, valorar si el niño acude a la escuela con gusto, con el deseo de convivir, de aprender y fortalecer su desarrollo en un clima humano.

Transitar de un modelo educativo mecánico, rígido, utilitario, a un Modelo educativo que privilegie lo humano, representa el mayor desafío en la sólida aspiración por transformar profundamente la educación y sus fines sustentados en una ética Humanista, ampliamente desarrollada por pedagogos y psicólogos, Freinet, Montessori, Freire, Fromm, Seligman, hoy olvidados por una Cultura Pragmática.


Una consideración especial, merece el análisis y diseño de los planes y programas de estudio de la formación inicial de los maestros, así como los procesos de su formación continua. La cuestión es ¿Estamos preparando a los futuros docentes para orientar el proceso educativo, de acuerdo a qué fines, a qué paradigmas? Difícilmente se puede aspirar a transformar la educación, si desatendemos la formación docente y sus fundamentos Psicopedagógicos. Lo que observamos en la práctica escolar, es a un magisterio sobrecargado emocionalmente, con una carga administrativa superior al valor de su función pedagógica.


Es importante retomar los principios y aportaciones de las Ciencias de la Educación, como elementos que le den soporte a un modelo educativo que atienda la transformación de la sociedad, alimentados por la esperanza por construir una escuela, una comunidad feliz en nuestro viaje por la vida.

¿Qué líneas de intervención pedagógica promover en la educación, en búsqueda de favorecer el nacimiento de un hombre nuevo?


La interrogante es muy amplia, de manera inicial planteo un comienzo:


· Desarrollar un proceso de formación inicial y continua del docente en Inteligencia Emocional y Psicología Positiva.


· Favorecer la participación de Padres de Familia en procesos de Formación en Psicología Positiva e Inteligencia emocional.


· Reconceptualizar la noción de Escuela, como un espacio de Educación Comunitaria.


· Diseñar procesos de formación psicoemocional y de liderazgo a cuerpos directivos.


La Nueva Escuela Mexicana, NEM, promovida por la SEP, se plantea aspiraciones en un marco conceptual Ético-Humanista, lo cual implica, cambios profundos en la práctica pedagógica. El Magisterio es su mejor garante para la transformación de un hombre y sociedad nuevos.


Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com


Francisco Javier Zavala Ramírez

Diseñar procesos de formación psicoemocional y de liderazgo a cuerpos directivos, docentes y a la comunidad educativa en general es una manera profunda de incidir en un cambio que se dirija a la construcción de una educación socioemocional.


En las últimas décadas la humanidad ha experimentado profundas crisis, la educación no ha sido la excepción. Toda crisis brinda la oportunidad para analizar los fenómenos que la desencadenaron y en consecuencia, representa la oportunidad para alcanzar mejores niveles y condiciones para el desarrollo. Por el contrario, si la crisis no se supera, produce un profundo caos, de fractura y estancamiento. El modelo educativo que prevaleció en los últimas décadas, estuvo centrado en el logro académico, privilegiando la apropiación de saberes prácticos, útiles, descuidando el desarrollo humano del educando, el cual pasó a un segundo término.


La eficiencia en estándares de resultados, ha sido un criterio para medir el proceso enseñanza/aprendizaje, seguramente preocupada la autoridad educativa por valorar el proceso educativo en términos cuantificables, como ocurre en procesos que implican la elaboración de productos materiales, pasando por alto que la educación no es una ciencia fáctica, sino una ciencia social, lo cual implica una concepción filosófica, metodológica propia de su objeto de estudio.

Oportuno cuestionarnos, ¿Qué deseamos para nuestros hijos? ¿Qué tipo de escuela anhelamos?

Seguramente, se coincide, en desear que nuestros hijos construyan una vida que les permita disfrutar de bienestar y felicidad.

¿La educación, como se ha venido orientando contribuye a estos propósitos? La escuela, espacio privilegiado de encuentro humano, ¿Contribuye al bienestar y felicidad del niño?


Es motivo de reflexión, valorar si el niño acude a la escuela con gusto, con el deseo de convivir, de aprender y fortalecer su desarrollo en un clima humano.

Transitar de un modelo educativo mecánico, rígido, utilitario, a un Modelo educativo que privilegie lo humano, representa el mayor desafío en la sólida aspiración por transformar profundamente la educación y sus fines sustentados en una ética Humanista, ampliamente desarrollada por pedagogos y psicólogos, Freinet, Montessori, Freire, Fromm, Seligman, hoy olvidados por una Cultura Pragmática.


Una consideración especial, merece el análisis y diseño de los planes y programas de estudio de la formación inicial de los maestros, así como los procesos de su formación continua. La cuestión es ¿Estamos preparando a los futuros docentes para orientar el proceso educativo, de acuerdo a qué fines, a qué paradigmas? Difícilmente se puede aspirar a transformar la educación, si desatendemos la formación docente y sus fundamentos Psicopedagógicos. Lo que observamos en la práctica escolar, es a un magisterio sobrecargado emocionalmente, con una carga administrativa superior al valor de su función pedagógica.


Es importante retomar los principios y aportaciones de las Ciencias de la Educación, como elementos que le den soporte a un modelo educativo que atienda la transformación de la sociedad, alimentados por la esperanza por construir una escuela, una comunidad feliz en nuestro viaje por la vida.

¿Qué líneas de intervención pedagógica promover en la educación, en búsqueda de favorecer el nacimiento de un hombre nuevo?


La interrogante es muy amplia, de manera inicial planteo un comienzo:


· Desarrollar un proceso de formación inicial y continua del docente en Inteligencia Emocional y Psicología Positiva.


· Favorecer la participación de Padres de Familia en procesos de Formación en Psicología Positiva e Inteligencia emocional.


· Reconceptualizar la noción de Escuela, como un espacio de Educación Comunitaria.


· Diseñar procesos de formación psicoemocional y de liderazgo a cuerpos directivos.


La Nueva Escuela Mexicana, NEM, promovida por la SEP, se plantea aspiraciones en un marco conceptual Ético-Humanista, lo cual implica, cambios profundos en la práctica pedagógica. El Magisterio es su mejor garante para la transformación de un hombre y sociedad nuevos.


Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com


Francisco Javier Zavala Ramírez

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