/ domingo 26 de noviembre de 2023

¿Cómo está gastando AMLO nuestros impuestos?

A todos nos debe importar cómo se gastan los gobernantes nuestros impuestos, porque impactan nuestras vidas, en múltiples aspectos.

Por eso importa saber no solo qué impuestos nos cobrarán, sino con qué destino, al aprobar los diputados el Presupuesto de Egresos respectivo. Y luego, conocer la rendición de cuentas de lo realmente gastado y si aprueban o no los diputados esas cuentas. La actitud servil de legisladores de la 4T, incapaz de cambiar una coma, como se los exige AMLO, aprueban presupuestos y cuentas, sin cumplir con su misión de contrapeso, de vigilantes.

Los análisis disponibles de gastos y presupuesto parten, de entrada, de constatar que el gobierno de AMLO tendrá un déficit de 3.9 puntos del PIB este 2023 y prevén sea de 5.4% en 2024, “el mayor déficit fiscal en más de una década”. Lo que significa que el faltante de $1.9 millones de millones de pesos para cubrir su gasto, los cubrirá con deuda que aumentó, incumpliendo otra promesa. Y en el futuro, conforme nuestra población envejezca, por un lado, y se destine parte relevante a Pemex, el gasto se agravará para los mexicanos. Un análisis del periódico Reforma, publicado ayer sábado, evidencia que “Las tres megaobras emblemáticas de AMLO, cuestionadas por falta de estudios, sobre todo de viabilidad financiera, generaron sobrecosto de $468 mil 159 millones de pesos en conjunto”. “Es decir, que los costos adicionales en los que ha incurrido el gobierno para poner en operación la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) equivalen al presupuesto de la SEP, ISSSTE, CFE o Pemex, individualmente, para 2024”. El Tren Maya se calculó en 186 mil 753 millones de pesos y a la fecha alcanza los $514 mil 217 millones de pesos, un alza de 175%. La refinería Dos Bocas pasó de un costo inicial de $190 mil 928 millones, a $308 mil 563 millones de pesos, un incremento de 62%; con errores de cálculo en los costos desde el inicio. El AIFA, de $92 mil 940 millones de pesos pasó a $116 mil millones, un sobrecosto de 25%. Los costos no han sido transparentes, porque AMLO decretó sus obras como de “seguridad nacional” para gastar en lo obscurito.

La revista Nexos publicó esta semana datos del informe anual elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que revela problemas importantes en el sistema de salud de México, que debemos conocer. En mortalidad materna (durante el embarazo, parto o días posteriores a terminación del embarazo), el promedio en los países de la OCDE fue de 10.9 muertes por cada 100 mil nacidos vivos. México reportó 59.1 fallecimientos por cada 100 mil nacidos vivos. En mortalidad de niños menores de un año, la tasa promedio es de 4 muertes por cada mil nacidos vivos, en México es 12.7 muertes. En obesidad, 36% de nuestra población mayor de 15 la padece, contra 19.5% del promedio. En diabetes, 16.9% de la población, contra el 7% promedio de la OCDE. Tenemos las cifras más altas en amputaciones de miembros inferiores, porque no se trata correctamente. México tiene la tasa de mortalidad evitable más alta de mortalidad evitable: 665 muertes evitables por cada 100 mil habitantes, el triple del promedio de 237. Nuestra esperanza de vida bajó y es de solo 75.4 años, contra 80.3 promedio OCDE. En detección oportuna del cáncer de mujer. México tiene último lugar en la realización de mastografías y en detección de cáncer cervicouterino. En cobertura de servicios de salud, solo el 72.4% de la población está protegida, contra el promedio de OCDE del 98%, sobre todo por la pérdida del Seguro Popular. El estudio resalta una falta de visión, por decisiones viscerales guiadas por ideología, no por criterios científicos. Pero el presidente anuncia su “farmaciotota”, otra ocurrencia desastrosa para nuestras vidas.

Lo anterior destaca la importancia de elegir diputados que entiendan y cumplan su misión de contrapeso del Ejecutivo, de saber en qué gastar nuestros impuestos y exigir cuentas de lo gastado, procurando el mayor bien común posible y sancionando desvíos. La renovación en 2024 de las Cámaras es oportunidad ciudadana de elegir perfiles idóneos.


Analista político y extitular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

@jalcants

A todos nos debe importar cómo se gastan los gobernantes nuestros impuestos, porque impactan nuestras vidas, en múltiples aspectos.

Por eso importa saber no solo qué impuestos nos cobrarán, sino con qué destino, al aprobar los diputados el Presupuesto de Egresos respectivo. Y luego, conocer la rendición de cuentas de lo realmente gastado y si aprueban o no los diputados esas cuentas. La actitud servil de legisladores de la 4T, incapaz de cambiar una coma, como se los exige AMLO, aprueban presupuestos y cuentas, sin cumplir con su misión de contrapeso, de vigilantes.

Los análisis disponibles de gastos y presupuesto parten, de entrada, de constatar que el gobierno de AMLO tendrá un déficit de 3.9 puntos del PIB este 2023 y prevén sea de 5.4% en 2024, “el mayor déficit fiscal en más de una década”. Lo que significa que el faltante de $1.9 millones de millones de pesos para cubrir su gasto, los cubrirá con deuda que aumentó, incumpliendo otra promesa. Y en el futuro, conforme nuestra población envejezca, por un lado, y se destine parte relevante a Pemex, el gasto se agravará para los mexicanos. Un análisis del periódico Reforma, publicado ayer sábado, evidencia que “Las tres megaobras emblemáticas de AMLO, cuestionadas por falta de estudios, sobre todo de viabilidad financiera, generaron sobrecosto de $468 mil 159 millones de pesos en conjunto”. “Es decir, que los costos adicionales en los que ha incurrido el gobierno para poner en operación la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) equivalen al presupuesto de la SEP, ISSSTE, CFE o Pemex, individualmente, para 2024”. El Tren Maya se calculó en 186 mil 753 millones de pesos y a la fecha alcanza los $514 mil 217 millones de pesos, un alza de 175%. La refinería Dos Bocas pasó de un costo inicial de $190 mil 928 millones, a $308 mil 563 millones de pesos, un incremento de 62%; con errores de cálculo en los costos desde el inicio. El AIFA, de $92 mil 940 millones de pesos pasó a $116 mil millones, un sobrecosto de 25%. Los costos no han sido transparentes, porque AMLO decretó sus obras como de “seguridad nacional” para gastar en lo obscurito.

La revista Nexos publicó esta semana datos del informe anual elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que revela problemas importantes en el sistema de salud de México, que debemos conocer. En mortalidad materna (durante el embarazo, parto o días posteriores a terminación del embarazo), el promedio en los países de la OCDE fue de 10.9 muertes por cada 100 mil nacidos vivos. México reportó 59.1 fallecimientos por cada 100 mil nacidos vivos. En mortalidad de niños menores de un año, la tasa promedio es de 4 muertes por cada mil nacidos vivos, en México es 12.7 muertes. En obesidad, 36% de nuestra población mayor de 15 la padece, contra 19.5% del promedio. En diabetes, 16.9% de la población, contra el 7% promedio de la OCDE. Tenemos las cifras más altas en amputaciones de miembros inferiores, porque no se trata correctamente. México tiene la tasa de mortalidad evitable más alta de mortalidad evitable: 665 muertes evitables por cada 100 mil habitantes, el triple del promedio de 237. Nuestra esperanza de vida bajó y es de solo 75.4 años, contra 80.3 promedio OCDE. En detección oportuna del cáncer de mujer. México tiene último lugar en la realización de mastografías y en detección de cáncer cervicouterino. En cobertura de servicios de salud, solo el 72.4% de la población está protegida, contra el promedio de OCDE del 98%, sobre todo por la pérdida del Seguro Popular. El estudio resalta una falta de visión, por decisiones viscerales guiadas por ideología, no por criterios científicos. Pero el presidente anuncia su “farmaciotota”, otra ocurrencia desastrosa para nuestras vidas.

Lo anterior destaca la importancia de elegir diputados que entiendan y cumplan su misión de contrapeso del Ejecutivo, de saber en qué gastar nuestros impuestos y exigir cuentas de lo gastado, procurando el mayor bien común posible y sancionando desvíos. La renovación en 2024 de las Cámaras es oportunidad ciudadana de elegir perfiles idóneos.


Analista político y extitular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

@jalcants