/ lunes 22 de abril de 2024

Conflictos y más conflictos: ¿Cuántos García, Pérez y Díaz lucharán por EE.UU.? Columna: Historias del Estado Número 33. (No. 41)

En un spot televisivo de su campaña presidencial del 2008, el candidato republicano John McCain recorría un cementerio de héroes de guerra. Para sorpresa de muchos (por ejemplo, los extremistas republicanos y demócratas), en muchas de las lápidas se leían apellidos como: García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González, que correspondían a migrantes latinos que pusieron su pecho a las balas en algún conflicto armado en el que participó Estados Unidos. Desafortunadamente, hoy vemos que los horrores de conflictos como los de Rusia–Ucrania o Israel-Palestina llenan las primeras planas de los principales medios de comunicación y, en consecuencia, nos hacen testigos de las desgracias que pasan miles de familias. Al ver estas crisis, la gran pregunta que se hacen líderes migrantes o agrupaciones como la League of United Latin American Citizens es ¿debemos preocuparnos por luchar y defender a un país para el que legalmente no existimos? Esta preocupación surge sobre todo para los migrantes latinos que son soldados en potencia.

Macario García, veterano de la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo de los latinos que han ganado un lugar honorífico en el arraigado “patriotismo” del vecino del norte, y por lo que su nombre fue escrito con letras de oro en una de estas lápidas. Macario fue el primer inmigrante mexicano que recibió, en 1945, la Medalla de Honor (máxima condecoración militar que entrega el Gobierno de los Estados Unidos) de manos del presidente Harry S. Truman. Así mismo, y gracias al defender con su vida al país en el que solo era un inmigrante más, Macario García obtuvo dos años después, en 1947, la ciudadanía estadounidense. Desafortunadamente, no todos los latinos que han luchado por el país de las barras y las estrellas han corrido con la misma suerte y hoy siguen en el anonimato.

Cada que estalla un conflicto bélico se prenden los focos de alarma en todo el mundo y, por su puesto, en el espíritu protagónico de Estados Unidos. Mientras tanto, los migrantes latinos no sólo combaten día a día su propia guerra contra la discriminación, la falta de una Reforma Migratoria, venciendo en el mejor de los casos a las adversidades laborales y, por si fuera poco, sobreviviendo desde hace tres años a los estragos ocasionados por la pandemia del Covid-19. Ahora, también escuchan en el televisor a Joe Biden hablar sobre una decisión que podría afectarlos: “Sería una guerra mundial cuando estadounidenses y rusos empiecen a dispararse unos a los otros”, dijo a NBC News, antes de que Rusia iniciara la invasión a Ucrania. Tan sólo para “atender” este conflicto, el presidente de los Estados Unidos envió 2 mil efectivos a Polonia y Rumania. Habría que preguntarse, de estos posibles “héroes estadounidenses” que ya marchan en Europa, ¿cuántos tendrán apellidos como García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González? Creo que son muchos y también estoy seguro que lo están haciendo con todo el orgullo, amor y compromiso que tienen para defender al que consideran su nuevo hogar.


Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

Facebook: @Juan Hernandez

Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez

En un spot televisivo de su campaña presidencial del 2008, el candidato republicano John McCain recorría un cementerio de héroes de guerra. Para sorpresa de muchos (por ejemplo, los extremistas republicanos y demócratas), en muchas de las lápidas se leían apellidos como: García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González, que correspondían a migrantes latinos que pusieron su pecho a las balas en algún conflicto armado en el que participó Estados Unidos. Desafortunadamente, hoy vemos que los horrores de conflictos como los de Rusia–Ucrania o Israel-Palestina llenan las primeras planas de los principales medios de comunicación y, en consecuencia, nos hacen testigos de las desgracias que pasan miles de familias. Al ver estas crisis, la gran pregunta que se hacen líderes migrantes o agrupaciones como la League of United Latin American Citizens es ¿debemos preocuparnos por luchar y defender a un país para el que legalmente no existimos? Esta preocupación surge sobre todo para los migrantes latinos que son soldados en potencia.

Macario García, veterano de la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo de los latinos que han ganado un lugar honorífico en el arraigado “patriotismo” del vecino del norte, y por lo que su nombre fue escrito con letras de oro en una de estas lápidas. Macario fue el primer inmigrante mexicano que recibió, en 1945, la Medalla de Honor (máxima condecoración militar que entrega el Gobierno de los Estados Unidos) de manos del presidente Harry S. Truman. Así mismo, y gracias al defender con su vida al país en el que solo era un inmigrante más, Macario García obtuvo dos años después, en 1947, la ciudadanía estadounidense. Desafortunadamente, no todos los latinos que han luchado por el país de las barras y las estrellas han corrido con la misma suerte y hoy siguen en el anonimato.

Cada que estalla un conflicto bélico se prenden los focos de alarma en todo el mundo y, por su puesto, en el espíritu protagónico de Estados Unidos. Mientras tanto, los migrantes latinos no sólo combaten día a día su propia guerra contra la discriminación, la falta de una Reforma Migratoria, venciendo en el mejor de los casos a las adversidades laborales y, por si fuera poco, sobreviviendo desde hace tres años a los estragos ocasionados por la pandemia del Covid-19. Ahora, también escuchan en el televisor a Joe Biden hablar sobre una decisión que podría afectarlos: “Sería una guerra mundial cuando estadounidenses y rusos empiecen a dispararse unos a los otros”, dijo a NBC News, antes de que Rusia iniciara la invasión a Ucrania. Tan sólo para “atender” este conflicto, el presidente de los Estados Unidos envió 2 mil efectivos a Polonia y Rumania. Habría que preguntarse, de estos posibles “héroes estadounidenses” que ya marchan en Europa, ¿cuántos tendrán apellidos como García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González? Creo que son muchos y también estoy seguro que lo están haciendo con todo el orgullo, amor y compromiso que tienen para defender al que consideran su nuevo hogar.


Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

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