Ante los desastres naturales es preciso encontrar oportunidades a partir de las adversidades.
El huracán OTIS que afectó a nuestro país y de manera particular el estado de Guerrero desencadenó una severa crisis en diferentes órdenes: económico, salud, servicios, emocionales, pérdida de vidas humanas, entre otras severas afectaciones.
La crisis que experimentan nuestros hermanos de Guerrero, involucra a toda la sociedad mexicana, además del gobierno en sus diferentes niveles. ¿Por qué hablar de crisis? ¿Cómo abordarla?
La crisis favorece la manifestación de pérdidas, lo cual genera condiciones de desequilibrio individual como colectivas. En este sentido, toda crisis moviliza conductas, estados de ánimo y recursos materiales y psíquicos para enfrentarla.
Toda crisis está acompañada de incertidumbre, desconfianza,
inseguridad, temor, frustración y como ya se anotaba, puede alterar al individuo así como al colectivo social, favoreciendo un estado de pánico.
La crisis experimentada, derivada de un fenómeno natural, requiere de la intervención desde diversos ámbitos:
- Participación de los gobiernos federal, estatal y municipal.
- Participación de la sociedad civil en su conjunto.
Como podemos apreciar, la crisis nos convoca a todos sin excepción, haciendo énfasis en la puesta en práctica de una procuración de ayuda centrada en valores, tales como:
- La solidaridad
- La empatía
- El diálogo
- El amor fraterno
Los seres humanos somos complejos en nuestro propio funcionamiento, biológico, psicológico, espiritual, social, político, de ahí la importancia por hacer énfasis en la procuración por convivir centrados en valores, hacer lo contrario, como se expresa lamentablemente y además recurrente en escenarios sociales amplios: hacer leña del árbol caído, si bien es propio de quienes aspiran a explotar el dolor ajeno, exhibiendo el sufrimiento, la muerte y destrucción, lo que la sociedad necesita para recuperar su evolución y desarrollo, es del ejercicio de las virtudes humanas que dignifican y elevan nuestra condición como seres vivos superiores.
¿Cuáles son los riesgos de una crisis?
- Pensar que la superación de la misma depende de la voluntad ajena y no de la propia
- Explotar o mercantilizar el dolor ajeno con fines de lucro económico y/o político.
- Conservar un estado pasivo, contemplativo.
La apuesta habrá de centrarse en las fortalezas que como sociedad hemos cultivado, la ayuda y asistencia al prójimo sin distingo de nuestra condición social.
Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com