/ viernes 21 de abril de 2023

Lidera México la carrera del Neashoring mundial

México esta viviendo sin duda alguna una época dorada en el automovilismo mundial, gracias al enorme performance del piloto tapatío Sergio “Checo” Pérez en la máxima categoría del deporte automotor. Cada fin de semana somos millones los mexicanos que estamos pendientes y empujamos desde nuestro papel de aficionados para que nuestro compatriota luche por obtener una posición que le ponga en ventaja frente a sus competidores para poder alcanzar la victoria deseada.

Pues una encomienda similar es la que esta enfrentando actualmente la economía mexicana, que se está enfrentando con las mejores economías emergentes y potencias mundiales en la carrera por el Nearshoring. Y sí, México inició esta feroz competencia desde la pole position.

Pero, ¿qué es y porque? Se ha convertido el Nearshoring en un tema que esta generando bastante interés, controversia y del que sin duda alguna vamos a seguir escuchando en los próximos meses, por ello es que les invito a tratar de analizar y debatir juntos, vayamos pues.

Para hablar de Nearshoring tenemos que comenzar por señalar que es un término que surge como contraparte de otro que conocemos bastante, como lo es el término OffShoring y que fue una estrategia que se dio principalmente en la década de 1990 y que buscaba la reducción de costos, mediante la relocalizacion de las cadenas de producción en regiones donde resultaba mas barato hacerlo, principalmente se fue a la región de Asia-Pacífico y donde gracias a este boom de negocio irrumpe en el panorama y economía mundial el gigante asiático, China, que impulsado por una mano de obra muy barata y una atmósfera de estímulos fiscales bastantes atractivos, consigue atraer la inversión de las grandes economías de Europa y la de la mayor economía como lo es Estados Unidos. China pasaría, pues, a convertirse en el mayor productor del mundo desde una posición que continuaría sin amenaza alguna, de no ser por la llegada de la pandemia y que vino acompañada de eventos geopolíticos, principalmente la guerra comercial China vs USA, la propia guerra actual entre Rusia y Ucrania, que pusieron a prueba la resiliencia económica y productiva de las naciones. Fue así que con la llegada del Covid-19 se generó una disrupción en las cadenas de suministro que llevarían a un desabasto de insumos de primera necesidad, como lo son alimentos y medicinas, provocando una crisis en la mayoría de países y que obligó a las grandes potencias a dejar de lado la reducción de costos y buscar acercar su producción al consumidor final, para poder atender un escenario necesidad fundamental y de seguridad nacional, dando paso de esta manera a una nueva estrategia, la estrategia de traer las cosas “cerca de las costas”, la estrategia del Nearshoring.

Es en este panorama de Nearshoring, donde México se encuentra mejor posicionado para tomar ventaja de este nuevo reacomodo. Son muchas las razones de ello, pero es innegable que la principal de ella es la excelente localización que tenemos respecto a la mayor economía del mundo. Bien decía mi tío y maestro, Manuel Alcántar Sepúlveda; “tenemos la fortuna y la desdicha de ser vecinos del país más poderoso y del mas odiado del mundo”. Hoy, sin duda, es la bella y caprichosa fortuna la que nos sonríe. En México tenemos más de 35 años haciendo Nearshoring, principalmente gracias a la industria automotriz, industria que, por cierto, la está rediseñando nuestra gente en el Bajío mexicano, pero ese será un tema para otra columna, si ustedes así me lo permiten, claro.

La industria automotriz ha estado permanentemente ligada a esta nueva estrategia de negocio y donde México es ya el mayor proveedor automotriz de America Latina, el sexto productor de vehículos de pasajeros en el mundo y el cuarto mayor exportador de vehículos destaca frente al resto. Existe un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo que revela que de cumplirse los pronósticos, el Nearshoring por sí solo puede representar para Mexico el 3% del Producto Interno Bruto y que refleja el optimismo con el que les escribo esta columna.

Para que estas cifras hagan sentido, se habla de que Estados Unidos tendría que traer de vuelta al menos un 30% del negocio en China y del que sin duda alguna México obtendrá gran parte, generando una derrama económica importante en el resto de la economía nacional.

Ya antes hablaba de los grandes desafíos por los que la economía nacional y mundial están atravesando y hoy en Mexico tenemos que sumarle un tema de inflación e inseguridad que se presentan como los mayores riesgos para evitar que sigamos lidereando la carrera del Nearshoring. Pero es a pesar de todos estos factores actuales, que las empresas y la industria continúan apostando, creyendo e inviertiendo en Mexico. ¿Por qué? Son muchos los factores que contribuyen a la confianza de la industria: la vecindad con Estados Unidos y el hecho que venimos haciendo negocios con ellos desde hace un buen rato, sin duda, es uno de ellos, el que sepamos entender su cultura, por supuesto. Pero no podemos dejar de lado, la importante victoria que se apunto el gobierno federal con la negociación del nuevo tratado de libre comercio, el T-MEC. SÍ, no leíste mal. Fue una gran victoria y debe reconocerse como tal, porque no era nada sencillo, la administración del expresidente estadounidense Donald Trump buscaba a toda costa un comercio mas regulado y el que hoy sigamos siendo parte de unos de los mayores tratados de libre comercio que han existido, le otorgan a nuestro país el atractivo suficiente para continuar atrayendo esa inversión. Otras de las razones fundamentales que ponen a México como la mejor opción y que quiero que se lea fuerte y claro es la enorme calidad de la mano de obra mexicana, la tuya y la mía. Somos una mano de obra que no me gusta describirla como barata y sí como competitiva, una mano de obra reconocida no sólo por la calidad, adaptación y sacrificio que no lo tiene ninguno de nuestros vecinos. Una mano de obra que ha venido evolucionado y que ha sabido estar a la altura que exige la industria mundial.

En Palos Garza, la compañía mexicana de logística y transporte donde tengo el honor de trabajar, tenemos un lema y es el que nos consideramos una empresa, donde “la logística evoluciona”. Hoy somos una mano de obra capacitada, no solo en la industria automotriz, sino en aquellas donde se prioriza la tecnología de punta y a detalle como la industria farmacéutica, aeroespacial y ahora la llegada de la industria de vehículos eléctricos que es ya es el presente y futuro de nuestra movilidad.

Por todo esto, soy un eterno optimista de que en Mexico sabremos vencer nuestras diferencias y sacar el mayor provecho de esta oportunidad única que se nos presenta. El esfuerzo y el honor de nuestros antepasados, así como la deuda que tenemos con nuestros hijos y los suyos nos la exige.

Ahora soy yo quien me gustaría escucharte y te invito a que sigamos el debate en mis redes personales y medios de contacto. Hasta entonces, gracias por tu valiosa lectura.

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza

Contacto miguel.rivera@palosgarza.com

México esta viviendo sin duda alguna una época dorada en el automovilismo mundial, gracias al enorme performance del piloto tapatío Sergio “Checo” Pérez en la máxima categoría del deporte automotor. Cada fin de semana somos millones los mexicanos que estamos pendientes y empujamos desde nuestro papel de aficionados para que nuestro compatriota luche por obtener una posición que le ponga en ventaja frente a sus competidores para poder alcanzar la victoria deseada.

Pues una encomienda similar es la que esta enfrentando actualmente la economía mexicana, que se está enfrentando con las mejores economías emergentes y potencias mundiales en la carrera por el Nearshoring. Y sí, México inició esta feroz competencia desde la pole position.

Pero, ¿qué es y porque? Se ha convertido el Nearshoring en un tema que esta generando bastante interés, controversia y del que sin duda alguna vamos a seguir escuchando en los próximos meses, por ello es que les invito a tratar de analizar y debatir juntos, vayamos pues.

Para hablar de Nearshoring tenemos que comenzar por señalar que es un término que surge como contraparte de otro que conocemos bastante, como lo es el término OffShoring y que fue una estrategia que se dio principalmente en la década de 1990 y que buscaba la reducción de costos, mediante la relocalizacion de las cadenas de producción en regiones donde resultaba mas barato hacerlo, principalmente se fue a la región de Asia-Pacífico y donde gracias a este boom de negocio irrumpe en el panorama y economía mundial el gigante asiático, China, que impulsado por una mano de obra muy barata y una atmósfera de estímulos fiscales bastantes atractivos, consigue atraer la inversión de las grandes economías de Europa y la de la mayor economía como lo es Estados Unidos. China pasaría, pues, a convertirse en el mayor productor del mundo desde una posición que continuaría sin amenaza alguna, de no ser por la llegada de la pandemia y que vino acompañada de eventos geopolíticos, principalmente la guerra comercial China vs USA, la propia guerra actual entre Rusia y Ucrania, que pusieron a prueba la resiliencia económica y productiva de las naciones. Fue así que con la llegada del Covid-19 se generó una disrupción en las cadenas de suministro que llevarían a un desabasto de insumos de primera necesidad, como lo son alimentos y medicinas, provocando una crisis en la mayoría de países y que obligó a las grandes potencias a dejar de lado la reducción de costos y buscar acercar su producción al consumidor final, para poder atender un escenario necesidad fundamental y de seguridad nacional, dando paso de esta manera a una nueva estrategia, la estrategia de traer las cosas “cerca de las costas”, la estrategia del Nearshoring.

Es en este panorama de Nearshoring, donde México se encuentra mejor posicionado para tomar ventaja de este nuevo reacomodo. Son muchas las razones de ello, pero es innegable que la principal de ella es la excelente localización que tenemos respecto a la mayor economía del mundo. Bien decía mi tío y maestro, Manuel Alcántar Sepúlveda; “tenemos la fortuna y la desdicha de ser vecinos del país más poderoso y del mas odiado del mundo”. Hoy, sin duda, es la bella y caprichosa fortuna la que nos sonríe. En México tenemos más de 35 años haciendo Nearshoring, principalmente gracias a la industria automotriz, industria que, por cierto, la está rediseñando nuestra gente en el Bajío mexicano, pero ese será un tema para otra columna, si ustedes así me lo permiten, claro.

La industria automotriz ha estado permanentemente ligada a esta nueva estrategia de negocio y donde México es ya el mayor proveedor automotriz de America Latina, el sexto productor de vehículos de pasajeros en el mundo y el cuarto mayor exportador de vehículos destaca frente al resto. Existe un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo que revela que de cumplirse los pronósticos, el Nearshoring por sí solo puede representar para Mexico el 3% del Producto Interno Bruto y que refleja el optimismo con el que les escribo esta columna.

Para que estas cifras hagan sentido, se habla de que Estados Unidos tendría que traer de vuelta al menos un 30% del negocio en China y del que sin duda alguna México obtendrá gran parte, generando una derrama económica importante en el resto de la economía nacional.

Ya antes hablaba de los grandes desafíos por los que la economía nacional y mundial están atravesando y hoy en Mexico tenemos que sumarle un tema de inflación e inseguridad que se presentan como los mayores riesgos para evitar que sigamos lidereando la carrera del Nearshoring. Pero es a pesar de todos estos factores actuales, que las empresas y la industria continúan apostando, creyendo e inviertiendo en Mexico. ¿Por qué? Son muchos los factores que contribuyen a la confianza de la industria: la vecindad con Estados Unidos y el hecho que venimos haciendo negocios con ellos desde hace un buen rato, sin duda, es uno de ellos, el que sepamos entender su cultura, por supuesto. Pero no podemos dejar de lado, la importante victoria que se apunto el gobierno federal con la negociación del nuevo tratado de libre comercio, el T-MEC. SÍ, no leíste mal. Fue una gran victoria y debe reconocerse como tal, porque no era nada sencillo, la administración del expresidente estadounidense Donald Trump buscaba a toda costa un comercio mas regulado y el que hoy sigamos siendo parte de unos de los mayores tratados de libre comercio que han existido, le otorgan a nuestro país el atractivo suficiente para continuar atrayendo esa inversión. Otras de las razones fundamentales que ponen a México como la mejor opción y que quiero que se lea fuerte y claro es la enorme calidad de la mano de obra mexicana, la tuya y la mía. Somos una mano de obra que no me gusta describirla como barata y sí como competitiva, una mano de obra reconocida no sólo por la calidad, adaptación y sacrificio que no lo tiene ninguno de nuestros vecinos. Una mano de obra que ha venido evolucionado y que ha sabido estar a la altura que exige la industria mundial.

En Palos Garza, la compañía mexicana de logística y transporte donde tengo el honor de trabajar, tenemos un lema y es el que nos consideramos una empresa, donde “la logística evoluciona”. Hoy somos una mano de obra capacitada, no solo en la industria automotriz, sino en aquellas donde se prioriza la tecnología de punta y a detalle como la industria farmacéutica, aeroespacial y ahora la llegada de la industria de vehículos eléctricos que es ya es el presente y futuro de nuestra movilidad.

Por todo esto, soy un eterno optimista de que en Mexico sabremos vencer nuestras diferencias y sacar el mayor provecho de esta oportunidad única que se nos presenta. El esfuerzo y el honor de nuestros antepasados, así como la deuda que tenemos con nuestros hijos y los suyos nos la exige.

Ahora soy yo quien me gustaría escucharte y te invito a que sigamos el debate en mis redes personales y medios de contacto. Hasta entonces, gracias por tu valiosa lectura.

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza

Contacto miguel.rivera@palosgarza.com